Galletitas de nuez y merengue o Burgenländer Kipferl

Este no era el plan. Mi cabeza tenía otra hoja de ruta pero a lo tonto mis circunstancias se han desviado del objetivo, o no, que lo mismo no es culpa de mis quehaceres sino de mi falta de disciplina doméstica quien me lleva a enredarme en ocho saraos al tiempo y cuando no, me entretengo yo sola retorciendo mis desmanes sin ton ni son, por pura bobería configurando tropelías al tun-tun porque puede que, en el fondo de mi pozo metafísico particular, me aterre reconocer que mi vida es la cosa más sosa que uno pueda echarse al plato. 

Y así, mientras mudo mis simplezas camuflándolas bajo un aire más interesante y menos mundano, el día se me va en un vuelo dejándome en las entrañas esa sensación de aquí hay gato encerrado, clamo al cielo preguntando al supremo "qué has hecho con mis horas del día, canalla" y me prometo a mí misma -eso se me da fenomenal- que mañana haré todas esas cosas que hoy no hice, ni ayer, ni anteayer ni el mes pasado.

Por eso prometo cosas que no suelo cumplir. No por mentirosa, sino por peliculera a la hora de entrar en acción y si tenía pensado hacer esto, termino metiendo mano a lo otro; y si me propuse echarle un ojo a aquello acabo contemplando el más allá en un puro ataque espontáneo de discernimiento cósmico mareando aquello otro que, todo hay que decirlo, estaba tan ricamente en su sitio sin necesidad de hacerle viajar a la Luna pasando por Marte... en definitiva: que me pierdo por marear la perdiz.  
Y en estas estaba cuando he decidido no publicar las galletas que tenía planeadas porque la intención era haberlas publicado ayer -a cuento de ser el 2º domingo de adviento- plan que como cada año, descompongo sin ningún pudor ni remordimiento. El caso es que siempre comienzo muy bien pero oye, que me desinflo por el camino y aún no he conseguido llegar a tiempo a los cuatro domingos. Creía que este año era el bueno... pero esta por ver.

Hala, y así las cosas, he abortado el lanzamiento de las galletas que tenía preparadas. No sé, si lo lío todo un poquito más es como que podré escaparme sin mala conciencia entre tanta bomba de humo. En cualquier caso, la receta frustrada la publiqué en Instagram, ante lo cual, nadie podrá tacharme de egoistilla que no comparte sus recetas. De hecho -y aquí aprovecho para tocar la pandereta- llevo trece años publica que publica sin ánimo ni de lucro ni de fama, solo por la satisfacción de compartir y dejar huella de mi pasión como guisandera y horneadora, sin pedir poco más de un saludo de vez en cuando al personal. No me parece precio alto ¿no crees?

Lo dicho, cambio de planes y publico estas galletas tradicionales austriacas, hechas a la antigua con levadura que están para morirse de un atracón y no arrepentirse luego -no descarto eso de la vida después de estirar la pata- y aunque son de aspecto un tanto desaliñado, las galletitas de Burgenland  están divinas a rabiar.


Ingredientes:
  • 400gr. de harina repostera
  • 30gr. de levadura fresca (o medio paquete de levadura seca)
  • 4-5 cdas. de nata líquida
  • 1 cda. de azúcar
  • 1 piza de sal
  • 3 yemas
  • 200gr. de mantequilla blanda
  • azúcar glas para espolvorear

Para el relleno:
  • 3 claras
  • 250gr. de azúcar glas
  • Más o menos 200gr. de nueces molidas


Preparación:
  1.  Si usas levadura fresca, disuélvela con la nata y mezclar bien con el azúcar hasta que se haya disuelto por completo.
  2. Puedes ligar todos los ingredientes  en una procesadora, amasadora o con unas varillas eléctricas. Si las haces a mano, haz una montañita con la harina en la encimera, forma un pozo y añade la mantequilla en trozos. Agrega las yemas y la mezcla de la levadura ( o la levadura seca). Amasa todo bien hasta que esté bien ligado, lo envuelves en film transparente y deja que repose a temperatura ambiente una media hora.
  3. Para el merengue, monta las claras a punto de nieve añadiendo lentamente el azúcar. Aquí si necesitas varillas eléctricas o un procesador.
  4. Precalienta el horno a 170ºC.
  5. Divide la masa en 6 partes iguales. Espolvorear la encimera con azúcar glas y estira cada parte en un rectángulo de unos 4mm. de espesor.
  6. Extiende una capa no muy gruesa de merengue y espolvorea las nueces molidas por encima. Enrolla con cuidado la masa y ve cortando cada pieza con ayuda de un corta galletas redondo o el borde de una copa.
  7. Coloca cada pieza en la bandeja sobre un papel para hornear y hornea unos 20 min. o hasta que veas que cogen un poquito de color dorado. Deja enfriar antes de espolvorear con azúcar glas.

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3 comentarios

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  2. Troppo buoni, devo proprio provarli, grazie per la ricetta e la chiarissima spiegazione!

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