Eisroobios con flor de Jamaica

androfobiaDe andro- y -fobia.f. Fobia a los varones.
A Olivia le sentaban mal los hombres. Y eso la mortificaba sobremanera porque si algo deseaba en este mundo era compartir su vida con un tipo majo y tener hijos. Algunos, sin exagerar. Pero cada vez que creía haber encontrado su mirlo blanco, se le avinagraba literalmente. Los besos le sabían agrios a rabiar; se irritaba primero la piel de sus labios y poco a poco las ronchas se extendían por todo el cuerpo. Sufría de reflujos gástricos recurrentes y los vómitos se sucedían a diario, en cada anochecer y de vez en cuando también al alba.
Le diagnosticaron androfobia muy posiblemente adquirida por alguna experiencia traumática que ella no era capaz de recordar. Decían que esta fobia esconde un miedo irracional al sexo masculino expresado con constantes signos de rechazo y aversión. Olivia se sentía aterrorizada por este diagnóstico que no terminaba de comprender y por muchas vueltas que le daba, no reconocía en ella ningún sentimiento de odio o antipatía hacia sus ex, al contrario, los recuerdos eran gratos y nostálgicos carentes de amargura. Su acritud no era espiritual ni mucho menos. Era solo carnal, a su pesar.
Pero como a las desgracias no les gusta vagar solas, los disparates sexistas se colaron en su hogar; recibió la visita de unas amigas con sus parejas y tuvo a bien hornear un rico pastel de chocolate -siempre gusta a todos- que lo sirvió con un café colombiano cultivado en una pequeña hacienda local que produce granos semitostados con notas aromáticas dulces y afrutadas que recuerdan el caramelo.
Las chicas quedaron prendadas ante este dúo tan especial de sabores pero los varones pasaban del rojo, amarillo y verde como si fueran semáforos. El exquisito café les sabía a hiel y el jugoso pastel de chocolate a boñiga de animal moribundo. Olivia quería morirse del disgusto. ¿Por qué le pasaba esto? ¿Qué maldición caía sobre ella?
Sus amigas la animaron como pudieron y Olivia les hizo prometer que volverían en unos días a probar algo nuevo a ver si tenían más suerte los chicos. Ellos se resistieron con uñas y dientes como era de esperar. De mala gana accedieron y en plan ofrenda, liaron a un amigo al que se llevaron a la merienda a ver si de este modo, el mal de Olivia se disolvía como si fuera azúcar.
Jaime, el amigo inesperado, como es normal no tenía ni idea de este mal y aunque se lo hubieran contado, ni de casualidad se lo habría creído. Era una historia absurda. Para esta ocasión, Olivia preparó unos bollitos rellenos de mermelada y un invento al que llamó eisrooibos con flores de Jamaica. Las chicas de nuevo quedaron encantadas y una vez más, los muchachos no sabían donde escupir tan repugnante bazofia.
Menos Jaime, que aunque no probó los bollitos por ser intolerante a la lactosa, el eisrooibos le supo a gloria. "¿Puedo tomar un poquito más?" preguntó a Olivia y ella, de puro sin querer pensó: "¿Cuántos eisrooibos tendré que darle para que este hombre me sepa rico?"
Cerramos la temporada de HomenajeBlog con un especial de cócteles y combinados bien fresquitos y veraniegos para hacer más llevaderos los calores estivales. Y como buena fan del Eistea casero -los comerciales ni los miro porque son solo bombas de azúcar y poco más- no podía dejar pasar este combinado con flor de Jamaica (hibiscus) porque tela la de combinaciones maravillosas que se pueden hacer a partir de un agua de Jamaica. A esta flor se le atribuyen propiedades cardiovasculares, digestivas, antibacterianas e incluso, se dice que ayuda a perder peso. Yo no lo sé; sólo sé que es pura delicia.

Ingredientes:
Cerramos la temporada de HomenajeBlog con un especial de cócteles y combinados bien fresquitos y veraniegos para hacer más llevaderos los calores estivales. Y como buena fan del Eistea casero -los comerciales ni los miro porque son solo bombas de azúcar y poco más- no podía dejar pasar este combinado con flor de Jamaica (hibiscus) porque tela la de combinaciones maravillosas que se pueden hacer a partir de un agua de Jamaica. A esta flor se le atribuyen propiedades cardiovasculares, digestivas, antibacterianas e incluso, se dice que ayuda a perder peso. Yo no lo sé; sólo sé que es pura delicia.

- 1 litro de agua
- 1 naranja
- 2 cdas. soperas de flor de Jamaica (hibiscus)
- algo de fruta (unas fresas o una nectarina)
- 30gr. de azúcar de coco o panela
- 1 bolsita de rooibos
- hielo
- opcional: si lo deseas endulzar más puede añadirle unas gotas de Stevia
Preparación:
- En un cazo, pon a calentar un litro de agua con la fruta en trozos, el azúcar y la flor de Jamaica. Deja que hierva a fuego medio unos 2-3 minutos. Retira del fuego y añade la bolsa de rooibos.
- Deja que temple a temperatura ambiente y enfríalo en la nevera hasta que lo vayas a consumir: lo cuelas, le añades stevia si lo deseas y lo sirves con una rodajita de naranja y bastante hielo.
Publicar un comentario