Palitos de calabacín al horno

septiembre 30, 2023
bonhomía
Del fr. bonhomie.

1. f. Afabilidad, sencillez, bondad y honradez en el carácter y en el comportamiento.
No conocía esta palabra pero claro, con los tiempos que corren no es de extrañar. Los años 20 del siglo XXI serán recordados como la época de los odiosos, los narcisistas, egocéntricos, soberbios y demás panda de cretinos con complejo del bueno de la peli cargaditos de heroísmos que nadie ve pero que despachan sin demasiada gracia en redes siendo sus turbias hazañas motivo de alabanzas que solo ellos se atribuyen a sí mismos.

Esto es lo más habitual últimamente. La crispación gana por goleada a la bondad. Nos quejamos de la falta de valores de los más jóvenes pero no caemos en la cuenta que es nuestra culpa porque algo hemos hecho muy mal para que las violaciones a menores por menores hayan aumentado un 80% en muy poco tiempo; que el acoso entre los críos se nos haya ido de madre y aún sigo sin escuchar a los educadores y profesionales dar consejos a los padres para saber detectar cuando un hijo acosa.

La madre del niño que acosó a Lucas en 2º de Primaria estaba convencida que su hijo era víctima de los demás niños. Mientras acosaron a mi hijo, ningún otro padre nos apoyó. Solo sus profesores. Cuando este crío cambió de víctima -ya no le salía gratis fastidiar a mi peque- empecé a recibir llamadas de otros padres para hacer frente común. Mi actitud fue la de "acude a la tutora, ella lo ha sabido gestionar muy bien" y una madre en concreto, se sintió muy decepcionada conmigo porque "parece mentira, tú que has pasado por esto". Y me la comí... no, a la mamá no, a la duda, esa sensación picosa en la conciencia que me decía: "¿pecas de egoísta o de sensata?
Sea lo que sea, pecamos de pardillos, de no verlas venir y de no saber actuar. Hace 10 años de ésto y veo que seguimos igual. O peor. Hoy he presenciado un enfrentamiento entre profes en X (Twitter) hablando del acoso. Un acoso que alimenta que a ciertos críos se les coja manía en clase de tanto afearles unos cuantos, siempre expuestos con detalles sutiles al principio pero que van creciendo en crueldad y desprecio.

Y sin saber cómo, un día una cría le da una paliza a otra en la puerta del cole mientras los compañeros jalean "patada, patada" "mátala" y todo esto grabado y difundido en redes. Y sin saber cómo, una cría de 13 años con discapacidad ha sido obligada a realizar felaciones durante seis días a ocho chicos de su instituto.

Y sin saber cómo, hemos condenado a la bonhomía al ostracismo, la hemos descatalogado como a un libro viejo.

“El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso, lo has conseguido.” Groucho Marx

“Es más difícil ser un hombre honrado ocho días que un héroe un cuarto de hora.” Jules Renard

"Las personas honradas piensan siempre que han hecho algo malo, tal vez sin darse cuenta. Mientras que las que no lo son creen que han actuado siempre con honradez." La paciencia de la araña, de Andrea Camilleri


Ingredientes:
  • 1 -2 calabacines cortados en palitos (con piel y sin las semillas centrales)
  • 1 huevo
  • 2 cdas. de fécula de patata (o de maíz tipo Maicena)
  • sal, pimienta
  • orégano, pimentón
  • pan rallado
  • un chorrito de aceite de oliva
  • opcional: queso rallado tipo parmesano

Notas:
  • Es importante ponerle el chorrito de aceite de oliva antes de hornear porque si no te queda muy duro y seco el empanado. Y más, si tienes horno de aire ya que por un lado el aire hace que el dorado sea más uniforme pero también reseca más. 
  • Importante NO PELAR los calabacines. Le quitas la gracia, el sabor y las vitaminas. en cambio, te recomiendo que le quites las semillas centrales ya que no aportan nada salvo agua y eso puede arruinar un poco el empanado.
  • Los sobre hornee un poco porque el anti-calabacín de la casa así, muy crujientes, sí se los come ;-)

Preparación:
  1. Bate el huevo junto con la fécula y lo mezclas con los palitos de calabacín, las especias y el queso rallado.
  2. Precalienta el horno a 190ºC con aire (200º sin aire)
  3. Empana los palitos y los colocas en la fuente del horno sobre un papel de hornear. Pon un chorrito muy fino de aceite de oliva por encima.
  4. Hornea hasta que cojan color dorado. Sirve con la salsa que más te guste o simplemente con  un buen chorro de limón.

Torta caprese

septiembre 25, 2023
Érase una vez Albert Einstein. Nació, vivió, se reprodujo y la palmó como viene siendo natural en los seres vivos. Su existencia hubiera sido igual de anónima que la de cualquier mortal sino fuera porque su genialidad quedó inscrita en los anales de la humanidad, aquel día de 1.905 en que publicó su artículo "Sobre la electrodinámica de los cuerpos en movimiento" y poco después un apéndice del mismo sobre "¿Depende la inercia de un cuerpo de su contenido energético?" y aquí la lió parda publicando por primera vez la fórmula más famosa del mundo: E = mc² (la energía es igual a la masa multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado).

Con esta tontería, Einstein nos instó a pensar que el tiempo, espacio, masa, energía y luz son una misma cosa. Pero, como todo no puede ser tan facilón, estos elementos son bastante impredecibles y cambiantes salvo la velocidad de la luz que es siempre constante. Y éste es el origen de la teoría de la relatividad y de todo el follón que se organizó después.

Por aquel entonces -igual que ahora- había mucha gente pez que no pillaba ni la teoría ni la practica de su relatividad así que era muy común que se le acercara cualquier fulano con eso de "Disculpe Herr Einstein, ¿podría explicar de forma más sencilla eso que usted nos cuenta?" y con las mismas el Sr. Unapiedra -traducción literal de su apellido- contestaba "¿puede usted explicarme como se fríe un huevo?" y ante la cara de agárrame el cubata de su interlocutor, añadía: "pero tenga usted en cuenta que no sé que es un huevo, el aceite, la sal, la sartén ni el fogón"
Y por eso no le dieron el Premio Novel por su E = mc², porque los encargados de conceder los premios de física se pusieron a la gresca porque dos de ellos decían que eso era una tontería supina, que sin saber lo que es un huevo y una sartén no se puede freír un huevo, que la cosa era un poco ciencia ficción y que de tener algo científico, le correspondía a la filosofía y no a la física. Y así estuvieron hasta que entró un nuevo concedepremios al clan y propuso: "¿Y por qué no se lo damos por otra cosa?" y así fue, se lo dieron por su descubrimiento de la ley del efecto fotoeléctrico que no digo yo que no lo mereciera pero vamos, no hay color porque sin su relatividad no sabríamos nada de orbitas, de agujeros negros, del hombre en la luna ni las sondas a Marte... 

Y hasta aquí puedo contar sobre esta anécdota tan relativa que sirve de entrante a esta torta caprese que, aunque en apariencia nada tiene que ver con la física, es tan sencilla de hacer como freír un huevo siempre y cuando entiendas que tu horno no requiere de multiplicar la masa por la velocidad de la luz al cuadrado. Con poner la masa en un molde a 180ºC con calor arriba y abajo, va que chuta.

La receta se la vi a La Rosa Dulce que a su vez se la vio a Poesía Culinaria. Yo solo he redondeado las cantidades para hacer una torta pequeñaja para 4. Si la quieres en versión grande, dobla las cantidades y pa'lante.


Ingredientes:
  • 3 huevos grandes
  • 60gr. mantequilla
  • 100gr. chocolate negro al 70% (o para postres)
  • 150gr. de almendras molidas en fino
  • ralladura de media naranja
  • 50-80gr. de azúcar (ver nota)
  • opcional: un par de cucharadas de ron
  • opcional: 1/2 cdta. rasa de crémor tártaro 

Nota:
  • Dependiendo del chocolate que uses necesitarás más o menos azúcar. Yo uso uno al 70% que es más amargo y he usado 70gr. de azúcar. Los chocolates para postres son más dulces así que con 50gr. tendrás bastante. Los golosos le pueden poner un poco más.

Preparación:
  1. Monta las claras a punto de nieve y reserva.
  2. Derrite al baño maría o al microondas el chocolate y la mantequilla. Reserva.
  3. En un bol, mezcla las yemas, la ralladura, el azúcar, el crémor tártaro y el ron junto con las almendras molidas. Añade las claras a punto de nieve poco a poco removiendo suavemente con una espátula.
  4. Precalienta el horno a 180ºC.
  5. Forra un molde (de 15 a 18 cm.) con papel de cocina previamente humedecido. Añade la masa y hornea entre 25 a 35 minutos dependiendo del horno y de cuanto lo quieras cuajar.

Scones integrales con queso quark

septiembre 21, 2023
He visto un video de un señor mayor que no tengo ni idea de quién es -profesor de algo por como se expresa y de forma tan relajante, tan serena que le pega todo ser maestro en yoga y meditación- pero que ha dicho una cosa que me ha chiflado y aquí estoy compartiéndola contigo por si nos apaña el día.

Dice que en la vida hay cuatro prioridades. La primera, es alcanzar la paz interior porque sin ella no somos nadie. Dicho así, suena requete fácil pero teniendo en cuenta que no se trata de un interruptor que accionamos o reseteamos como quién enciende la tablet, las claves para alcanzar dicha paz son más escurridizas que una anguila. He ido a Google, a ver si me iluminaba en tales menesteres y he leído cosas como " establece límites en tu vida, abraza la atención plena, presta atención solamente a aquellas cosas que te dan energía positiva, vive solo el momento presente, practica el bien, agradece lo que tienes..." Y suma y sigue. 

Uhm... confuso, me suena todo a lío del ocho. Porque resulta que la segunda es cuidar la salud metal y emocional, y me parece que los consejos de la paz interior son también aplicables a esta prioridad salvo que aquí hay que añadir un buen terapeuta a la ecuación porque las enfermedades mentales no se curan solo con respiración diafragmática y mantras. 
El asunto es más complejo de lo que parece porque hay enfermedades que son recurrentes, incluso crónicas que requieren en muchos casos de fármacos que nos impiden alcanzar la tercera prioridad, que es atender y cuidar el cuerpo hasta que decaiga -hasta que la palmes, vaya-. Y aquí de nuevo la cosa es otro lío del dieciocho porque es harto complicado saber cómo cuidarnos porque lo que hoy es bueno, mañana es malo, lo que hoy comemos pasado nos dicen que da cáncer o algo peor y lo que está claro es que nadie estamos exentos de enfermar; no es que nos hayamos fallado a nosotros mismos, son cosas que pasan y desde luego, la desgracia no es enfermar, es no lograr sanar.  Y si la salud -mental o corporal- nos falla, lo de la paz interior me juego un par de sartenes a que no hay quien la obtenga. 

Creo que estamos expuestos a muchísima sobre información que se difunde de forma generalizada pero cada uno de nosotros ofrecemos un contexto único y muy personal, y es por eso que los videos y libros de autoayuda nos lían más de lo debido porque en muchos casos nos pueden hacer creer que somos zotes o lentos a la hora de corregir nuestras taras o deficiencias vital-afectivas. 

En fin, que te preguntarás que cual es la cuarta prioridad. Pues mira, se me ha olvidado. Dejé este post a medio escribir y cuando he vuelto, se me ha ido el santo al cielo y como suele pasar, ya no encuentro al señor mayor del video. Y que conste que me gustó lo que dijo. Como inspiración, genial. Como auto ayuda vital puro desastre y a las pruebas me remito: te comes el coco y luego se te olvida el plan.

Para planazo estos scones requete sanos -dentro de lo que un scon puede tener de sano- acompañado de una de mis estupendas mermeladas con frutos de mi jardín, bajas en azúcar y de cocción corta para que no pierdan el sabor afrutado. 

Ingredientes:
  • 250g harina rústica o semi integral
  • 3 cdas. de azúcar
  • 1 pizca de sal
  • 2 dtas. de polvos de hornear
  • Ralladura de limón
  • 70gr. de mantequilla
  • 100gr. de queso quark o topfen
  • 125gr. de suero de mantequilla o Buttermilch
  • 1 puñado de cranberries

Preparación:
  1. Calienta el horno a 200⁰C.
  2. Mezcla todos los ingredientes menos el suero y los cranberries. Debe quedar muy rústico.
  3. Añade el suero y los cranberries, extiende en la encimera con unos 3cm de grosor y corta en 9 porciones. Pincela con un poco de suero.
  4. Pásalo a la placa de horno y hornea unos 15 minutos o hasta q se doren un poquito.

Zaalouk o ensalada de berenjena y tomate

septiembre 17, 2023
Google cree saberlo todo pero no es verdad. Si intentas buscar "la frase más bonita del mundo" se sale por la tangente y te empieza a sugerir links de las "200 mejores frases" o las "30 frases más bonitas de" o, o, o; La wiki se queda callada, y eso ya es mucho decir pero un aluvión de otras, algunas de dudosa calidad, te saldrán al encuentro en busca de un clic rápido porque el Sr. Goo nunca da puntada sin hilo.

Sin entrar en ninguna de sus sugerencias, una frase llama mi atención:

Lo esencial es invisible a los ojos.
Antoine de Saint-Exupéry
Este mes, el blog homenajeado en el reto de Homenajeblog  es Poesía culinaria de Natalia, que tiene un montón de recetas con las que me identifico mucho. Me apetecían muchas cosas pero lo cierto es que este mes he tenido una urgencia familiar así que he tirado por esta receta tan rica y facilona que además me viene genial para dar salida a mis cositas del huerto porque ahora mismo tengo overbooking. Y mira que bien empleado.


Ingredientes para 2-3 raciones:
  • 1 berenjena
  • 3-4 tomates (unos 400gr.)
  • 1-2 dientes de ajo machacados
  • 1 cdta. de pimentón
  • 1/2 dta. rasa de comino 
  • 1 hoja de laurel
  • Sal y pimienta
  • Aceite de oliva
  • limón y perejil para aderezar

Notas:
  • Nati asa las berenjenas pero como he hecho menos cantidad no he querido encender el horno para una berenjena. La he troceado y asado a la sartén.
  • He seguido su consejo y lo he acompañado de pan M'semen que me enseñó a hacer mi amiga Hanae hace ¡10 años! Increíble como pasa el tiempo. Solo que en vez de usar la mitad de sémola usé harina para pizza. Salen igual de ricos.

Preparación:
  1. Corta la berenjena en trocitos menudos y con un chorrito de aceite las asas en una sartén a fuego fuerte sin dejar de mover. Así se sellan bien y no se deshidratan. Reserva
  2. Tritura (o ralla) los tomates. No les quito la piel. Más fibra de la buena. en la misma sartén con otro poco de aceite de oliva, saltea el ajo machacado, el tomate, las especias y la hoja de laurel. Salpimienta a tu gusto y deja reducir los tomates sin dejar de remover de 2-4 minutos dependiendo del agua de los tomates. Los míos son del huerto y no tienen mucha agua así van rápidos.
  3. Añade la berenjena y pocha a fuego suave unos 5 minutos removiendo de vez en cuando. 
  4. Deja que enfríe por completo, y aliña con limón, perejil y unas gotitas de aceite de oliva (opcional).

Pelotas de pan y speck o Tirolerknödel con salsa de champiñones

septiembre 02, 2023
Érase una vez Austria, un país lleno de austriaquitos por todos lados que supuestamente hablan alemán pero que cuando llegas te atontas al comprobar que cada uno habla un dialecto de su padre y de su madre. Esto es un desmán del ocho. A veces ni entre ellos se entienden, así que imagina que facilillo nos los ponen a los muchos guiris que por sus montañas trotamos. Y más a los extranjeros de origen latino que tenemos esa arraigada manía de españolizar cualquier lengua extranjera y destrozarla hasta hacerla inintelligibilis

Porque maltratar la lengua inglesa o francesa, por ejemplo, es relativamente fácil pero imagina el destrozo en una lengua con ocho vocales -cada una con su fonética- y otro puñado de vocales dobles que también suenan distinto; o vocales seguidas de consonantes que las alargan, las acortan o las refríen a su antojo. A este caos de vocales, añade que los austriacos tienden con profundo ahínco a convertir las aes en oes así que ayer mi vecina me decía que "vaya caos con el césped (Rasen)" y yo le contesté "Qué le pasa a las rosas (Rosen) que yo las veo muy bien". De estas, tenemos mil quinientas al día: Wise (sabio, prudente) y Wiese (pradera) o Sohn (hijo) schon (ya) y schön (bonito). Pues con este tipo de cosas, mi chicos se parten de risa a costa de mis resbalones al pronunciar y claro, a mí, maldita la gracia. Santa que es una.
El siguiente handicap de un guiri de lengua latina, es pronunciar ese chorreo de consonantes sin pronunciar ni una vocal. Ésta es una batalla perdida. Por ejemplo, ¿cómo pronunciarías Herbstschwimmfest? El truco está en saber separar las palabras que forman esta palabrota: Herbst-schwimm-fest. Y esto, créeme, no se aprende de la noche a la mañana. Así que, mientras acumulas algo de vocabulario y mientras a la gente más canalla no le de por hablar a un pobre extranjero con palabras anidadas, comiéndose consonantes, cambiando las aes y añadiendo vocablos propios del dialecto local, pasarán meses -incluso años- hasta que tengas la agilidad mental de interpretar lo que se te cuenta. Y esto es solo la punta del iceberg.

En fin, que hay mil motivos para visitar Austria pero el de aprender alemán no está precisamente entre ellos. Pero !mecachis! las montañas, los lagos, el estilo de vida -el rural y el urbano-, la comida, el ambiente... cuántas cosas tan diferentes y cuantísimo he aprendido desde que vivo aquí.

A nivel culinario ha sido un bombazo; descubrir la hierba Maggi, el ruibarbo, el colirrábano, el sauco... cuántas cosas ricas y tan diferentes a las nuestras. Las pelotas de pan (Semmelknödel) son de esos platos requete populares por estos pastos equiparable a un taco para un mejicano, un mate para un argentino o la tortilla de patata para un español. Se hace en todas las casas y de mil maneras.
Para celebrar el #TocinoInternationalDay de la mano del reto #Internationalday, he elegido hacer las pelotas de pan al estilo tirolés (Tirolerknödel) que llevan trocitos de panceta ahumada (Speck) y en lugar de cocidas en agua, las hago al horno con salsa de champiñón que en casa nos encanta y así comparto contigo algo muy mío, por lo menos de mi lado austrohúngaro ;-)


Ingredientes para 10-12 albondigas:
  • 350 gr. de pan duro cortado en daditos pequeños
  • 350-400 ml. de leche templada
  • 40 gr. de mantequilla (una cucharada no muy colmada)
  • 3 huevos
  • media cebolla picada muy en fino
  • 100gr. de tocino ahumado (speck)
  • perejil, sal, pimienta y nuez moscada

Para la salsa de champiñones:
  • 400-500gr. de champiñones
  • 2-3 chalotas o media cebolla muy picada
  • 250 ml. de caldo de carne
  • 250ml. de lata líquida
  • 150gr. de queso crema tipo Philadelphia
  • 1 cda. de mostaza amarilla
  • pimienta (y salgo de sal dependiendo del caldo)

Preparación:
  1. Pocha la cebolla y el tocino (ambos cortados muy en fino) en un poquito de mantequilla. Reserva
  2. En un bol grande, pon el pan seco o de víspera cortado en trocitos muy pequeños. Templa la leche, derrite en ella la mantequilla y bate los huevos. Salpimienta y echa nuez moscada a tu gusto.
  3. Mezcla en el bol con el pan, la mezcla de leche, la cebolla y el tocino pochados y por último el perejil. Lo mezclas bien y lo dejas reposar unos minutos. Forma unos 10-12 bolas mojándote las manos para poder darlas bien forma. Deja que reposen en la fuente del horno.
  4. Para la salsa: saltea a fuego fuerte con un poco de aceite de oliva el champiñón cortado junto con las chalotas hasta que coja un poco de color y no suelten agua (no laves el champiñón, mejor cepíllalo). Añade el caldo, la mostaza, la crema de queso y la nata y deja que cueza 2-3 minutos. Prueba la salsa y salpimienta.
  5. Precalienta el horno a 180ºC.
  6. Echa la salsa por encima de las pelotas y hornea hasta que las pelotas tengan un bonito color dorado. si ves que se seca mucho la salsa, añade un chorro de leche. Puedes adornar las pelotas, añadiendo (5 minutos antes de apagar el horno) un poquito de queso por encima y un puñadito extra de panceta. Decora con perejil o cebollino si te apetece.




Tiras de pollo a la salsa Valentina, la leona de Norotal

agosto 28, 2023
Valentina Ramirez Avitia tenía 17 años cuando las tropas del General Ramón Iturbe pasaron por Norotal, Durango. La revolución contra el dictador Porfirio Díaz estaba en pleno apogeo y cientos de mexicanos se iban sumando a las tropas del General. A los soldados les acompañaban las llamadas soldaderas, mujeres humildes pero decididas que envueltas en sus rebozos y medio descalzas, con los chiquillos a cuestas, seguían a los soldados encargándose de lo doméstico además del cuidado de heridos y enfermos.

Pero Valentina no quería ser soldadera. Ella había oído hablar de mujeres que habían tomado la carabina y luchaban como soldados en los ejércitos revolucionarios. En especial, se hablaba mucho de Clara de la Rocha, duranguesa como ella que luchaba junto a su padre bajo las ordenes de Iturbe. Cuando su padre se dispuso a marcharse, la chiquilla no dudó en vestirse con la ropa de un hermano y se fue con él sin mirar atrás, sin tener en cuenta que dejaba tras de sí a una madre enferma a la que nunca más volvería a ver.

Su padre murió pronto en batalla. Ella continúo la lucha con bravura, tanto que tras la toma de Culiacán y en reconocimiento a sus méritos, fue ascendida a teniente. Por aquellos días pasaba lo que aún pasa; las mujeres ganaban mucho menos que los varones así que muchas de ellas optaron por hacerse pasar por hombres y así cobrar lo merecido. De este modo, es como Valentina pasó a ser Juan Ramírez.

Fueron muchas las bravas mujeres que lucharon por la revolución y que muy injustamente -dicen que porque dejaban en evidencia a muchos varones que no lograban igualarlas en inteligencia y dones de mando- se las expulsó sin miramientos mediante una circular emitida el 18 de marzo de 1916, que decía: "Se declaran nulos todos los nombramientos militares expedidos a favor de señoras y señoritas, cualesquiera que hayan sido los servicios que éstas hayan prestado". Se las echó sin más quedando en el olvido por muchos años.
Aunque la leyenda de Valentina cuenta que se la expulsó del ejercito porque vieron sus trenzas descubriéndose así que era mujer, no me cuadra en absoluto. Lo sabían, de hecho un periodista la fotografió pocos días antes de la toma de  Culiacán y su foto fue publicada con su nombre real.  Además, no era la única mujer luchando junto al general; Clarita de la Rocha, que llegó a coronela, luchó siempre vestida de mujer. No, lo más sensato es pensar que fue expulsada injustamente con las demás revolucionarias.

En cualquier caso, Valentina fue licenciada y no pudo regresar a su hogar. Fue rechazada por su familia que no le perdonó haber abandonado a su madre enferma. Se casó con el Coronel Federico Cárdenas quien murió poco después. Volvió a contraer matrimonio, pero la cosa no fue bien. Plantó al marido pero ¿qué opciones tenía una mujer sola sin renta ni pensión? y así es como en 1936 se la encontró el General Iturbe, mendigando en la puerta de una iglesia. La reconoció e intercedió por ella consiguiendo que fuera admitida como sirvienta en una familia de Navolato. Años después y tras la marcha de la familia, Valentina volvió a quedarse sin un techo. Con algún ahorro, se hizo con un pequeño jacal donde lavaba y planchaba ropa para ganarse la vida.

Supo que el gobierno, en un intento de recompensar a las revolucionarias, estaba concediendo pensiones a las veteranas así que en 1962 presentó su solicitud en la cual, ante la pregunta del motivo por el que causó baja en el ejercito se leía "por ser mujer". Pero el gobierno no quiso recompensar a las mujeres que se hicieron pasar por hombres para cobrar las pagas y Valentina, como tal, solo había servido cinco meses y diez días. Se la reconoció como veterana pero sin derecho a pensión.

Como si no fueran suficientes las penurias de la leona de Norotal, como se la llegó a conocer, quiso la desgracia que sufriera un tremendo accidente: un coche la atropelló dejándola invalida e impedida. Dicen que Clarita de la Rocha no dejó de visitarla en todos estos años y tras el accidente, cuando el Ayuntamiento de Culiacán la internó en un asilo para indigentes, ayudó a la anciana a escaparse porque, según decía ella misma: "prefiero morir junto a mis perros que vivir prisionera". Malvivió diez años más, arrastrándose encima de una tablilla y mendigando, hasta que un incendio en su casa se la devoró. Dicen que siempre tenía una candela prendida junto a la Virgen de Guadalupe. Falleció el 4 de abril de 1979.
La famosa salsa Valentina, según sus dueños, lleva el nombre en honor de la leona de Norotal aunque soy algo escéptica. Estoy segura que de ser cierto, la empresa no hubiera pasado por alto las penurias de sus últimos años. En cualquier caso, este reconocimiento ha sido el motivo por el que Valentina -y Juan- Ramírez han sido rescatados de esa historia revolucionaria mexicana que se olvidó de sus mujeres más bravas, valientes y comprometidas. Estos son los nombres de las heroínas de la revolución que he conseguido encontrar:

Juana Castro Vázquez, Josefa Pérez Navarro, Sofía Fernández de Lara, Rosa Padilla Camacho, Juana Brito Morales, María de la Luz Espinosa Barrera, Adoración Ocampo Sámano, Amelio/a Robles Ávila, María Encarnación Mares viuda de Cárdenas, Josefina Arce viuda de Gálvez, Victoria Becerra de Hernández, Clara de la Rocha, Marcela Torres Laguna, María Gutiérrez Guerrero, María Martínez viuda de Ganda, María Trinidad Ontiveros, Carmen Parra viuda de Alaniz, María Luisa Hernández, María Ortega Villagómez, María Asunción Villegas Torres, Mercedes Rodriguez Malpica y Catalina Zapata Muñoz.
No se nos reconoció la igualdad jurídica hasta 1975, cuando entra en vigor la reforma al artículo 4° Constitucional. Sin embargo, en la 1ª Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer, celebrada en México, se nos negó la posibilidad de representarnos a nosotras mismas cuando el entonces presidente, Luis Echeverría, designó a Pedro Ojeda Paullada como el embajador de las mujeres.

Las mujeres hemos aportado de muchas diversas maneras a todos los movimientos que nos forjaron como nación, pero nuestra contribución ha sido excluida de la historia hasta casi desaparecerla.

Qué bueno que por lo menos el nombre de una se vea reflejado, aunque sea en una botella de salsa.

Maricruz Ocampo Guerrero.
Esta receta es un homenaje a las rebeldes mexicanas, no a la revolución que las despachó, porque en el momento en que arrinconó a sus mujeres se quedó estéril, pobre y sin sentido. La nación sigue teniendo una cuenta pendiente con ellas;  17.776 mujeres han sido asesinadas en cinco años y el 70% de las mexicanas ha sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida. Señores, ándense con cuidado porque el día que a estas señoras se les seque el agua del florero y se declaren en rebeldía, no va a ver salsa picante que las detenga. 


Ingredientes para 2 raciones:
  • 2 pechugas de pollo
  • un chorrito de salsa Worcestershire
  • un buen chorro de salsa Valentina
  • 1 cdta. de sirope de agave o aguamiel
  • sal y pimienta
  • 1 huevo
  • 2 dientes de ajo
  • 3 cucharadas de harina
  • 1 cdta. de pimentón
  • 1/2 cdta. de comino molido
  • 1/2 cdta. de orégano
  • Aceite abundante para freír

Notas: 
  • Serví las tiras de pollo con un arroz blanco que cocí con 1/2 cebolla y un diente de ajo entero que luego retiré. Al agua de cocer el arroz, le añadí además de sal, el zumo de medio limón. Preparé también una picada de tomate, aguacate y cebolla que aliñe con sal, limón y un poco del agua del bote de unos jalapeños escabechados.
  • En el paso a paso, en las fotos solo puse dos cucharadas de harina. A última hora, me arrepentí y le puse una cucharada más que las fotos no lo reflejan pero así quedó mejor el rebozado.

Preparación:
  1. Corta el pollo en tiras y marínalo con ambas salsas, sal y pimienta.
  2. En un plato, mezcla el pollo con las especias, el ajo machacado y el huevo, Si ves que queda muy dura la masa, añade 1-2 cucharadas de agua. Mezcla esta masa con el pollo marinado.
  3. Calienta el aceite y vas friendo las tiras de pollo.




Ensalada de garbanzos y judías verdes

agosto 16, 2023
Amanecer del 8 de agosto. El viento soplaba con violencia y la sequía que azota Hawaii hace que los pastos estén secos, llenos de maleza, mucha de ésta producida por especies no autóctonas pero muy invasivas que se reproducen por todas partes. A veces plantamos flores y arbustos muy originales que vienen de lugares exóticos sin darnos cuenta del daño que generamos en el medioambiente. Al fin y al cabo, la culpa no es nuestra, no podemos saberlo todo, para eso están las autoridades y los organismos oficiales que no deberían permitir la comercialización de ciertas plantas o semillas. Pero es lo que hay.

El viento atizaba fuerte por la ladera oeste de Lahaina cuando se escuchó un chasquido en una línea eléctrica cercana. Un vecino, vio como chisporroteaban brasas por todos lados y una humareda empezó a formarse. Llamó a emergencias y en 10 minutos se personó la policía y los bomberos. Un par de horas después, las autoridades de Maui comunicaron que el fuego había sido contenido. Nada más lejos. En algún momento, alguna brasa se encontró con la maleza de los pastos y el monstruo se alimentó bajando la colina con violencia a toda velocidad. 

No hubo alarma ni alertas. La población, desorientada, fueron improvisando sobre la marcha. Algunos optaron por encerrarse en sus casas y cuando quisieron escapar de las llamas fue tarde. Otros cogieron el coche e intentaron huir dirección contraria al fuego; pero las carreteras estaban estancadas en atascos imposibles de diluir que se movían a paso de tortuga. De los hoteles, se cruzaban los turistas que intentaban escapar con los recién llegados que no entendían lo que estaba pasando. 
Del resto, ya sabemos lo ocurrido y seguimos sin dar crédito. Vivimos en una sociedad estructurada, con multas de aparcamiento, pasos de cebra, alarmas anti incendios en nuestras cocinas y buenas cerraduras en las puertas. Eso nos hace creer que estamos a salvo. Pero la naturaleza va a su bola, nos supera siempre que se lo propone y se abre paso a la fuerza. Lo vemos a diario en inundaciones, fuegos, tormentas, terremotos... y no aprendemos. Y el cambio climático, ese que está tan de moda en negarlo, está acelerando procesos que antiguamente se daban solo de vez en cuando pero que hora son el pan de cada día y la pregunta es evidente ¿cómo será en dos o cinco años mientras votamos a partidos con políticas negacioncitas que se oponen a paliar o frenar estos desastres?

Y por favor, no me digas que la solución pasa por comprarnos un coche eléctrico porque en serio, sé que esto es un cliché, pero a veces pienso que merecemos extinguirnos. 

Ingredientes para 2 (y puedes repetir)
  • 1 bote de garbanzos cocidos
  • 3 patatas medianas
  • 1 taza de judías verdes congeladas
  • caldo de verduras
  • hierbas a tu gusto (mezcla italiana, provenzal, etc.)
  • aceite de oliva
  • vinagre de vino
  • sal
  • opcional: un par de huevos cocidos

Preparación:
  1. Cuece las patatas (cortadas en trozos menudos) unos 10-15 minutos en el caldo junto con los garbanzos. Pasado ese tiempo, añade las judías descongeladas y deja que repose todo junto unos 5 minutos más.
  2. Cuece los huevos. Para unos grandes (L) unos 12 minutos. Los enfrías y los reservas
  3. Cuela los garbanzos (guarda el caldo) y sobre una fuente de servir añade las hierbas, el aceite de oliva, la sal y el vinagre. Añade un poquito del caldo al aliño. Deja que temple o se enfríe por completo (a tu gusto).

Caracolas con crema de queso

julio 31, 2023
Hoy vengo criticona. Voy a remover cosillas de esas que están de moda, que me gusta una barbaridad -soy muy víctima y/o verdugo de esta cuerda- pero también creo que todo es susceptible de pasarse de rosca y hasta el Jedi más templado corre el riesgo de sucumbir al lado oscuro -y creo que hay pruebas.

Al caso, hasta hace bien poco y en líneas muy generales, según Piaget había dos tipos de lenguaje: el lenguaje egocéntrico, el infantil donde hablamos con nosotros mismos, tenemos amigos imaginarios y desconocemos lo que es la empatía hasta que cumplimos los 6 añitos y el socializado, cuando vamos controlando la información que nos rodea y verbalizamos nuestra interacción con los demás con mejores o peores intenciones... esa ya es otra cuestión.

Y aquí es cuando me tienes que sujetar el gazpacho porque me voy a tirar a la piscina sin flotador. Hay un lenguaje en alza que es el que últimamente leo como "lenguaje terapéutico" y el muy canalla tiene doble sentido. Pero empecemos por el principio: unos dicen que por culpa del capitalismo neoliberal que nos tiene a todos atonta'os, estresa'os e infelices y encima para nada porque uno cree que trabaja para tener un coche, una casa, unas vacaciones un par de veces al año y un jamón en Navidad  pero luego resulta que nada es tuyo porque es del banco y tú solo tienes deudas y tal y pascual... pues toda esa gaita nos tiene colapsados como individuos, enfermamos más por temas mentales, aumentan los suicidios, las depresiones y la gente reclama jornadas reducidas porque no quiere dejarse la vida en tanta caquita. 
Así que vienen los psicólogos y nos hablan del mindfulness -muy fan, por cierto-, de lo importante que es quererse, marcar los límites, mejorar la comunicación con tu entorno, ser un poquito más egoísta para defenderte de toxicidades y un sin fin de literatura de autoayuda para que te sientas muy bien contigo mismo. Youtube está lleno charlas y consejos para saber como detectar a una persona tóxica, controladora, abusiva... pero siempre dentro de tu entorno, nunca dándote las claves para saber si tú eres veneno en esencia, si haces luz de gas a los tuyos, si eres manipulador crónico o un psicópata. Eso nunca va con nosotros porque estamos en la cultura del ego, del yo, de los selfies, peor aún, de los selfies delante de un espejo que es el narcisismo al cuadrado. Siempre somos víctimas, nunca verdugos; somos la cultura del guay del paraguay, del cómo molo, del filtro quita arrugas, quita kilos, de nariz respingona y ojos de comic Manga. Somos un poco de lo peor pero estamos convencidos que trabajamos duro por conseguir una versión mejorada de nosotros mismos. 

Y esto sin malas intenciones porque ¿qué pasa cuando el que marca los límites es un machista posesivo y controlador que con mucho rollo terapéutico atrapa con mano de hierro a su pareja? ¿qué pasa si el que domina el discurso de la autoestima es un egoísta y narcisista carente de empatía? Pues pasa lo que tenía que pasar; que el discurso a lo "sé terapéutico contigo y con los demás" se corrompe y la carroña, la misma que siempre ha estado ahí, se hace dueña del cotarro y el que va de altruista no es nadie sin egoístas y si no los tiene, los crea, y el que se siente ser de luz no podría serlo sin insanos y, así es, los crea. Y suma y sigue que esto no tiene pinta de parar. 

Y el acto manipulativo más cutre que pueda existir: surge una tensión con alguien de tu entorno -lo normal que estas cosas pasan- el ilumina'o que después de haberse despacha'o a gusto y todavía se cree dueño de la verdad absoluta, te responde con un video de autoayuda para que te lo hagas mirar... y tanto mindfulness, ¿pa'qué? Pa'na. Porque estas cosas rompen las pelotas hasta al más templa'o.

Venga, al bollo. La masa de éstos, es la misma que usé en estos bollitos turcos que siempre funcionan. Solo le he dado un par de vueltas a la masa y mira qué cosa más rica.



Ingredientes para unos 14 bollitos:
  • 700 gr. de harina de fuerza 
  • 150 ml. de agua tibia 
  • 150 ml. de leche 
  • 3 cdas. de aceite de oliva
  • 3 cdas. de azúcar
  • 1 cdta. rasa de sal  
  • 1 sobre levadura de pan
  • 1 huevo
  • 1-2 cdas. de mantequilla blanda para engrasar la masa
  • Para terminar: unas grosellas, arándanos, mermelada, etc.

Para la crema de queso:
  • 200gr. de topfen o queso tipo Philadelphia
  • 3-4 cdas. de azúcar
  • 1/2 sobre de natillas o pudding
  • zumo  de medio limón
  • 1 huevo batido (separo un poquito para pincelar los bollos)

Preparación:
  1. Mezcla en un bol, el harina, azúcar y la sal. Por otro lado, liga los ingredientes húmedos con la levadura: el huevo, la leche, el agua y el aceite. Amasa con unas varilla eléctricas hasta que la masa esté muy suave y tersa. De reposar una hora y media.
  2. Una vez reposada, divide en 8 porciones iguales la masa. En la encimera engrasada, forma 8 bolas. Que reposen 10 minutos.
  3. Con la encimera y las manos engrasadas, estira cada bola haciendo como una torta. Frota con los dedos un poco de mantequilla blanda sobre la superficie. Haz lo mismo con las 8 porciones y las apilas en 2 de 4 tortas. Cubre y deja reposar otros 10 minutos.
  4. Cogemos una de las partes, le damos forma rectangular y estiramos con el rodillo. Moja de nuevo con los dedos un poco de mantequilla, y haz un rollo. corta en unas 7 porciones iguales. Haz lo mismo con la otra parte.
  5. Precalienta el horno a 200ºC (190ºC si es de aire).
  6. Haz la crema de queso mezclando todos los ingredientes sin olvidar separar un poco del huevo batido para pincelar.
  7. Coloca los bollos sobre la fuente (tendrás que hacer varias hornadas). Los aplastas con cuidado y aplastas un poquito más en el centro. Pincela con el huevo batido que has separado (añade 1 cucharadita de agua para que quede más ligero).
  8. Reparte la crema por los bollitos y cubre con las bayas, la mermelada, pepitas de choco... con lo que más te guste. Hornea hasta que están doraditos. Espolvorea con azúcar glas.

Ensalada de pasta y calabacín

julio 25, 2023
Año interestelar de 2023. Día 25 de julio y vuele a caer un tormentón del ocho... Esto que te cuento acaba de pasar pero también pasó en la ensalada anterior. Ciertamente, suena un poco a déjà vu pero así son las cosas, yo solo te las cuento. ¿Sabías que hay quien piensa que estos "ya lo he vivido" son errores en Matrix?  A saber, que se lo pregunten al oráculo que nosotros ya tenemos bastantes líos. También se piensa que son fruto del inconsciente colectivo, esa memoria de colmena que nos une como a las abejas. Compraría esta idea sino fuera porque el rollo de que son fragmentos de vidas anteriores o simultáneas en otras dimensiones temporales suena requete entretenido pudiendo llegar a sentir que nuestras monótonas vidas pueden ser la releche de interesantes en otra dimensión. Por soñar, que no quede.
Puede ser, no digo que no, pero la ciencia viene siempre un poco a chafarnos la emoción. Ahora dicen que los déjà vu  son "errores" de nuestra mente, algo al estilo de que una parte de tu cerebro se acelera, otra parte se distrae y cuando recalibra y pone orden nos queda esa sensación de ya visto y es justo por eso; porque tu cerebro ya lo vió antes que tu consciencia pudiera reaccionar. Leo por algún sitio, que hay piradillos haciendo experimentos con realidad virtual, manejando las escenas del voluntario de turno y que por asociación a lo que vemos, los déjà vu se vienen arriba y se producen con más frecuencia. En fin, si han trascendido tanto estos fenómenos es justo por lo atractivo de la idea de algo sobrenatural pero ahora viene la ciencia a aburrirnos con sus explicaciones simples y tontaínas, recordándonos que nada espectacular a la Neo con su pildorita roja o azul nos va a hacer la vida más interesante.

Aunque no te dejes engañar. ¿Sientes déjà vu cada vez que te zampas un gazpacho? ¿cada vez que pones en medio de la mesa una buena pipirrana? ¿a qué no? Ni tampoco nadie recurre a la realidad virtual cada mañana cuando comienza la jornada ante la misma taza de café de todos los días. Así que, querido lector, que sepas que pienso que el déjà vu está supervalorado y por contra, somos reacios a innovar con nuestras ensaladas estivales, de esas que con un buen plato tiras millas para todo el día. Esta ensalada de pasta es eso, ni más ni menos.

Este año estoy teniendo muchos déjà vu con los calabacines y los pepinos de la huerta. Cada día de 4 a 6 piezas. Los pepinos hay que darles salida rápido. Mis vecinos me huyen pero yo se los dejo en el rellano, momento en el cual el problema del pepino deja de ser mío. Los calabacines, en cambio, son más fáciles de conservar. Los aso en la parrilla o sartén y los guardo en el frigo, consumiéndolos en sándwich, ensaladas, tartas saladas y tortillas día sí y día también. Es lo que toca.

Ingredientes:
  • Pasta a tu gusto (unos 100gr. por comensal)
  • Tomates secos en aceite (o al natural, como más te guste
  • Aliño: hierbas frescas, ajo, aceite de oliva, limón y pimienta
  • Calabacines asados en sartén con un poco de aceite de oliva y sal
  • Queso fresco a tu gusto (yo usé uno de cabra)

Preparación:
  1. Cuece la pasta en abundante agua con sal. Una vez al dente, la escaldas en agua fría. 
  2. Corta los tomates secos en trocitos pequeños.
  3. Haz el aliño triturando todos los ingredientes juntos y lo mezclas junto a la pasta y los tomates. Prueba y rectifica de sal y pimienta si hace falta.
  4. Termina con los calabacines y el queso por encima.

Ensalada de garbanzos y berenjena a la italiana

julio 13, 2023
Año interestelar de 2023. Día 13 de julio y vuele a caer un tormentón del ocho. Bien: hoy me libro de regar la huerta. Mal; no he recogido las grosellas negras y lo mismo entre la tormenta de anoche y la de ahora me quedo sin ellas. Genial; qué fresquita se está quedando la tarde. Marronazo; los chicos regresan en 10 minutos de la Uni y van a llegar chorreando agua a mares. El planeta Tierra es lo que tiene, nunca llueve a gusto de todos y no porque alguien prefiera que no llueva- Nooooo, por dios que hace falta agua y mucha- el conflicto está en el momento preciso de las descargas. Ahí es cuando nos cortocircuitamos.

Por ejemplo, ayer se puso a llover media hora después de haber regado la huerta. También había limpiado los cristales por la mañana. Son cosas que parece que  pasan cuando pasan solo por chinchar. La necesidad mundial de agua no se ve afectada si llueve antes o después pero a mí me hace la pascua. 

Y mira, ni me quejo, que a mí me ha dado tiempo de ir en bici al Post a mandar mi voto a la embajada, que por fin este año podemos votar por correo -aleluya-, y pasar por el super a dejarme una pasta en verduras, medio kilo de carne y algo de queso. Tela. No comento nada que tú ya no sepas. Pero mira, tan contenta, que al roto en el monedero se le podía haber sumado el aguacero y ya lo que me faltaba para el duro. 
En fin, que también me ha dado tiempo de hacer estas fotos por los pelos porque al ratico de darle al cliqui-cliqui se ha oscurecido el cielo y se ha levantado ese viento infernal que nunca presagia nada nuevo. Pero aquí estoy tan a gusto y mis chicos sin llegar imagino que esperando que escampe un poco.

Pues nada más te cuento. O casi. Porque resulta que me he dado cuenta que en el blog aún no he publicado ninguna ensalada de garbanzos y el chiste está en que tengo un repertorio más que prolijo en estos menesteres. Ya me vale. Iré publicando sin orden ninguno. Según me apetezca ese día, la nevera se confabule con mis antojos y lo más importante; que ningún nubarrón de último momento me deje sin fotos. A disfrutar.

Ingredientes:
  • 1 bote de garbanzos cocidos
  • 1 berenjena grande
  • unos cuantos tomates secos a tu gusto
  • queso parmesano en lascas
  • 1 diente de ajo
  • aceite de oliva
  • limón
  • sal de especias
  • un poquito de albahaca o perejil
  • opcional: rúcola

Preparación:
  1. Cortar a berenjena en rodajas y asarlas en una sartén o parrilla con un poquito de aceite de oliva.
  2. Mientras, escurrir los garbanzos, cortar los tomates y machacar el ajo.
  3. Una vez doradas las rodajas de berenjena, las cortamos en trocitos y mezclamos todos los ingredientes de la ensalada. 
  4. Aliñamos con aceite de oliva, limón y sal de especias . Termina con un poquito de albahaca o perejil picados. Puedes comerla sola o junto con unas hojas de rúcola.

ME APETECE

 
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