Torticas de atún al sur de la frontera

Hace 60 años, un par de neurólogos alemanes -Lüder Deecke y Hans Helmut Kornhuber- descubrieron lo que llamaron el Bereitschaftspotential que es, hablando en plata, un potencial cerebral que se manifiesta a través de impulsos eléctricos que precede a todas nuestras acciones voluntarias. Es decir, que se adelanta a nuestra voluntad de hacer algo. Este descubrimiento que parece superfluo, fue el percusor de muchísimos avances en neurociencia en campos tan variados como la muerte súbita en bebés, epilepsia o esquizofrenia por poner algunos ejemplos.

El descubrimiento atrajo la atención de filósofos y psicólogos, sobre todo cuando Benjamin Libet publicó un experimento -llamado el experimento de Libet como es lógico- en el que demostraba sin lugar a dudas la teoría del potencial de preparación -Bereitschaftspotential- probando científicamente que existe actividad cerebral previa cuando se planea realizar una acción o movimiento voluntario. Vaya, que nuestra capacidad de libre decisión, a priori, no existe.

Claro, imagina todo lo que se ha dicho y cómo se ha cuestionado el libre albedrio a raíz de este experimento y sin dejar fuera del debate a todos los detractores que no terminan de creérselo porque el ser humano no solo se mueve por impulsos espontáneos o inconscientes, sino que somos reflexivos -a veces- y capaces de rectificar o detener ciertas acciones una vez meditadas.
Pero yo, que soy muy de energías; yo que me creo lo de que la energía ni se crea ni se destruye, que solo se transforma; yo que soy muy de Hawking y sabedora que hay una galaxia con agujero negro incluido que alimenta de energía a nuestro planeta... decía, yo que me creo todo este embrollo, me cuadra al 100% el hecho de imaginar que ese impulso cerebral, a modo de toma de decisión colectiva que nos viene de algún blazar perdido en el espacio y éste a su vez a saber de dónde, pues oye, cobra un sentido místico super potente imaginar que somos los favoritos de la creación porque fuimos concebidos, pasito a pasito evolutivamente, con un cerebro colectivo excepcional que a medida que se fue desarrollando se saboteó a sí mismo con el individualismo de nuestros pensamientos y conciencia del bien y el mal, o simplemente, marcándonos un "hago lo que me sale del papo" algo muy de nuestra especie.

Es decir, un comportamiento cerebral común que nos hace evolucionar como manada y un individualismo intelectual que ha hecho que todo lo que pudiera salir bien o pudiera salir mal, sencillamente pasara. Vaya, esto suena a libre albedrio que después de todo va a ser que sí lo gastamos y con ansias.

Con esta receta, participio en el reto de Tus recetas porque ya sabéis que a las blogueras nos gusta mucho juguetear y es una forma de mantenernos en contacto y activas haciendo lo que más nos gusta: comer y bloguear. Este mes, podíamos elegir hacer una receta con salsa BBQ y aunque a estas alturas del año me encaja regulinchi, he opado por hacer estas torticas de atún (basadas en estas de aquí) y darles un toque USA especiándolas con esta salsa BBQ a la tejana que he publicado aquí. Espero que os gusten.
Ingredientes (salen entre 6-8)
  • 1 lata de atún en su jugo de 150gr. escurrido
  • 1 huevo
  • 60gr. de pan integral rallado
  • 30gr. de queso parmesano rallado
  • 30gr. de queso cheddar rallado
  • 2-3 cdas. de salsa BBQ a la tejana
  • 1 cdta. de pimentón ahumado (de la Vera)
  • 1/2 cdta. de ajo en polvo
  • 1/2 cdta. de cebolla en polvo
  • Pimienta a tu gusto
  • Unas gotas de aceite de oliva

Preparación:
  1. Pon todos los ingredientes en un bol y mézclalos. Forma bolitas de 6 a 8 dependiendo del tamaño. Yo hice 7.
  2. Pon unas gotas de aceite de oliva en una sartén y ve cocinando las torticas a fuego medio-alto. Sirve junto con un pocito de salsa BBQ a la tejana.


Si te ha gustado, comparte o imprime:

Publicar un comentario

 
Copyright © Hierbas y especias. Diseñado con por Las Cosas de Maite