Sopa de pollo a la importancia
 Una de las cosas buenas que tiene ser tan charlatana y dejarlo todo tecleado en el blog, es que cuando leo ahora entradas de hace diez años o más, me entra un nosequé nostálgico que me apuntala en el pasado sin las decoraciones que pone nuestra memoria, porque la tía es bastante traicionera y tan pronto elimina detallitos desagradables por aquí como te mete fantasía por allá. Por eso siempre pensamos que cualquier tiempo pasado fue mejor. Y a veces lo es. Y a veces pues no.
Una de las cosas buenas que tiene ser tan charlatana y dejarlo todo tecleado en el blog, es que cuando leo ahora entradas de hace diez años o más, me entra un nosequé nostálgico que me apuntala en el pasado sin las decoraciones que pone nuestra memoria, porque la tía es bastante traicionera y tan pronto elimina detallitos desagradables por aquí como te mete fantasía por allá. Por eso siempre pensamos que cualquier tiempo pasado fue mejor. Y a veces lo es. Y a veces pues no.Es un poco como la cultura de la cancelación. Yo los recuerdos que tengo de mi hijo pequeño están censurados y siempre que hablo de su infancia lo hago desde el convencimiento de que no me dió ni un ruido pero cuando leo ésto por ejemplo, pues me viene de golpe todos esos ratos que pasé en plan desquiciada porque sí, porque es parte del proceso de ser madre que por fuerza mayor, una pasa sus crisis asfixiada cuando los hijos se resisten a despegarse de nuestras faldas, siempre con la lágrima fácil, el mami mira y el mami ven. 
Y como bien saben los niños españoles, las mamás ibéricas nos desahogamos a grito pelao, nos sentimos culpables al primer puchero y luego lo arreglamos todo con un par de achuchones bien apretaos. Y los críos, que son de rencor fugaz, nos perdonan al instante y regresan a su mira mamá y mami ven como si nada hubiera pasado. 
Pero de la entrada, lo que más me llama la atención, es que el efecto redes sociales ya lo teníamos los blogueros, en eso fuimos pioneros. Dábamos a entender vidas que no teníamos, felicidades que no existían y modos de vida más falsos que un billete de  cinco mil euros. Ahora, como ya lo hemos normalizado, no parece nada del otro jueves pero recuerdo con espanto ciertas transformaciones raras en el mundo blogueril donde hubo peña que se las daba de influencer a cambio de un kilo de lentejas gratis. Y cosas más frikis, para qué mentir.

Ahora, a toro pasado, leo esta otra entrada y me parto pero mecachis la de apuros que pasé cada vez que me quedaba sola y Lucas se ponía malito, con cosas raras casi siempre, con un complejazo a lo Paco Martínez Soria del copón y te aseguro que con fundamento porque lidiar en germano enfermedades es la leche de complicado. 
Pero lo más bonico, es que ambas entradas me han recordado el amor de mi Lucas por los coches, por la fórmula 1 y por su peli favorita de todos los tiempos: Cars. Mi hijo es capaz de ver un video de F1 y te dice el circuito y el año sin pestañear. Con 16 ya conducía en prácticas acumulando los 3.000 km. que se requieren para sacarte el carnet antes de los 18. Su hobby es su simulador de F1 donde reproduce cada carrera y en su habitación aún conserva todo un cajón de la cómoda lleno de cochecitos, algunos que heredó de su padre y que a buen seguro, aguardan el momento de que otro Nobis los herede. Ojalá que este blog también pueda recoger ese momento.
  Con esta receta, participio en el reto de Tus recetas porque ya sabéis que a las blogueras nos gusta mucho juguetear y es una forma de mantenernos en contacto y activas haciendo lo que más nos gusta: comer y bloguear. Este mes, podíamos elegir hacer una receta con arroz para sushi o con lonchas de queso tipo Tranchetes y mira por donde, esta sopa es una de las estrellas en mi casa y la tenía pendiente de fotografiarla y traerla al blog. Dicen que a la oportunidad la pintan calva y en mi caso yo diría que la pintan a la importancia. Y con sopa.
- 2-3 pechugas de pollo
- 2-3 zanahorias
- 3-6 patatas dependiendo del tamaño
- 1 puerro
- 1 tomate
- 1/2 pimiento
- 1 calabacín pequeñito (o 1/2)
- 3-4 lochas de queso fundido tipo Tranchetes
- 1 tacita de pasta para sopa (coditos, estrellitas...)
- sal y pimienta
- perejil
- Opcional: un poco de ajo en polvo, orégano o el sazonador que más te guste
Preparación:
- En la olla, pon el pollo y las verduras y cuece hasta que las zanahorias estén tiernas. Para evitar hacer la cocción más larga innecesariamente, puedes partir las zanahorias en trozos. Yo uso la olla exprés.
- Separa las verduras y ponlas en el vaso de la batidora. Las patatas y la zanahoria las machacas un poco en una nueva olla limpia. Añade caldo y, una vez que hayas triturado las verduras, las cuelas con un colador y las añades al caldo para que le de importancia, consistencia.
- Desmenuza el pollo y cuando el caldo vuelva a hervir, añádelo junto a la pasta. Cuando la pasta (usé codillos) están al dente, añade las lonchas de queso, apagas el fuego y dejas que repose removiendo de vez en cuando para que coja cuerpo al derretirse el queso.
- Salpimienta, adereza con ajo en polvo, orégano y perejil y no dudes en usar tu sazonador favorito. Un poquito de especias de chorizo le da un gusto fantástico.
 






 
 

 
 
 
 
 
 
RICA,SENCILLA Y ESTUPENDA COMO TU MISMA. Besitos
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