Ensalada de pasta y calabacín

Año interestelar de 2023. Día 25 de julio y vuele a caer un tormentón del ocho... Esto que te cuento acaba de pasar pero también pasó en la ensalada anterior. Ciertamente, suena un poco a déjà vu pero así son las cosas, yo solo te las cuento. ¿Sabías que hay quien piensa que estos "ya lo he vivido" son errores en Matrix?  A saber, que se lo pregunten al oráculo que nosotros ya tenemos bastantes líos. También se piensa que son fruto del inconsciente colectivo, esa memoria de colmena que nos une como a las abejas. Compraría esta idea sino fuera porque el rollo de que son fragmentos de vidas anteriores o simultáneas en otras dimensiones temporales suena requete entretenido pudiendo llegar a sentir que nuestras monótonas vidas pueden ser la releche de interesantes en otra dimensión. Por soñar, que no quede.
Puede ser, no digo que no, pero la ciencia viene siempre un poco a chafarnos la emoción. Ahora dicen que los déjà vu  son "errores" de nuestra mente, algo al estilo de que una parte de tu cerebro se acelera, otra parte se distrae y cuando recalibra y pone orden nos queda esa sensación de ya visto y es justo por eso; porque tu cerebro ya lo vió antes que tu consciencia pudiera reaccionar. Leo por algún sitio, que hay piradillos haciendo experimentos con realidad virtual, manejando las escenas del voluntario de turno y que por asociación a lo que vemos, los déjà vu se vienen arriba y se producen con más frecuencia. En fin, si han trascendido tanto estos fenómenos es justo por lo atractivo de la idea de algo sobrenatural pero ahora viene la ciencia a aburrirnos con sus explicaciones simples y tontaínas, recordándonos que nada espectacular a la Neo con su pildorita roja o azul nos va a hacer la vida más interesante.

Aunque no te dejes engañar. ¿Sientes déjà vu cada vez que te zampas un gazpacho? ¿cada vez que pones en medio de la mesa una buena pipirrana? ¿a qué no? Ni tampoco nadie recurre a la realidad virtual cada mañana cuando comienza la jornada ante la misma taza de café de todos los días. Así que, querido lector, que sepas que pienso que el déjà vu está supervalorado y por contra, somos reacios a innovar con nuestras ensaladas estivales, de esas que con un buen plato tiras millas para todo el día. Esta ensalada de pasta es eso, ni más ni menos.

Este año estoy teniendo muchos déjà vu con los calabacines y los pepinos de la huerta. Cada día de 4 a 6 piezas. Los pepinos hay que darles salida rápido. Mis vecinos me huyen pero yo se los dejo en el rellano, momento en el cual el problema del pepino deja de ser mío. Los calabacines, en cambio, son más fáciles de conservar. Los aso en la parrilla o sartén y los guardo en el frigo, consumiéndolos en sándwich, ensaladas, tartas saladas y tortillas día sí y día también. Es lo que toca.

Ingredientes:
  • Pasta a tu gusto (unos 100gr. por comensal)
  • Tomates secos en aceite (o al natural, como más te guste
  • Aliño: hierbas frescas, ajo, aceite de oliva, limón y pimienta
  • Calabacines asados en sartén con un poco de aceite de oliva y sal
  • Queso fresco a tu gusto (yo usé uno de cabra)

Preparación:
  1. Cuece la pasta en abundante agua con sal. Una vez al dente, la escaldas en agua fría. 
  2. Corta los tomates secos en trocitos pequeños.
  3. Haz el aliño triturando todos los ingredientes juntos y lo mezclas junto a la pasta y los tomates. Prueba y rectifica de sal y pimienta si hace falta.
  4. Termina con los calabacines y el queso por encima.

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