Corona de calabacín con queso fresco

A pesar del calor, aunque no tan terrible como en España, y arriesgando la tecla ante la posibilidad de no poder publicar debido a los cortes de red que estamos padeciendo, aquí me tienes con esta corona de calabacín del huerto para desafiar contra viento y marea (viento el del ventilador, otro no podrá ser) el dicho ese de "no comerse ni una rosca" y así demostrar sin ton ni son, que en mis veranos austriacos no han faltado jamás mis cosechas de calabacines. Habrán sido más prolijas o más míseras según la meteorología pero haber, han habido siempre varios ejemplares por semana. Este año he plantado redondos que me crecen por la noche poniéndose gordotes como calabazas y los amarillos que tanto me gustan pero que no están cómodos con tanto calor y crecen con mucha discreción y poco tamaño. Pero así son las cosas siempre, lo que le gusta a unas variedades, disgusta a otras.

Pero hoy no quiero llevarte al huerto, para eso siempre hay tiempo. Hoy te quiero hablar del Sol y de sus movidas que no son pocas. No te acordarás pero hace un tiempo ya te hablé de las dichosas manchas solares  y de sus consecuencias en nuestro planeta. Pues bien, eso no es todo amiguitos. El show no ha hecho más que empezar; Hace unos días una meteoróloga espacial (no es guasa) anunció que una intensa tormenta solar se dirigía directamente hacia la Tierra. Se lio parda. Estas tormentas producen lo que se llama llamaradas solares que son las que nos pueden llegar (si tu mente aventurera se está imaginando un lanzallamas camino de nuestra atmosfera, olvídate que no va así). Son rayos solares que el planeta como es muy listuco sabe anular sin que nos afecte pero sí que impactan en los satélites que pueden verse afectados a ratos. Nada grave pero ya sabes la piel tan sensible que tienen las redes sociales.
El caso es que me he visto en la imperiosa actividad de saber más sobre este acaloramiento espacial. Me he ido a la Spaceweatherlive.com a mirar la actividad solar no fuera a ser que nos fuéramos a quedar brochetas de un momento a otro pero la verdad es que como no tengo ni idea todos esos datos y alertas, se me ha quedado la neurona helada de pura ignorancia. ¿O no? una alerta amarilla llama mi atención: Se detectó un agujero coronal de hemisferio sur orientada hacia la tierra en la posición miércoles, 20 julio 2022. Esta sí que no me la esperaba. ¡Un agujero coronal! sin calabacines pero agujero corona... ¡aha! Bueno, he tenido que ir a la info de la página para averiguar que carajo es eso: Los agujeros coronales son la fuente de corrientes de viento solar rápidas que a veces tienen el potencial de producir tormentas geomagnéticas de menores a moderadas.

Y ¿esto es grave? No tengo ni la menor idea porque la Dr. Tamitha Skov, la de Twitter, solo habla de tormentas solares y no ha hecho ni un solo warning a favor de los agujeros coronales que a mí mira que me parecen como más sugerentes. No se, suenan un poco a Star Trek y a coronas de calabacín con queso fresco. 



Receta original, aquí
Ingredientes:
  • Calabacín con cáscara y sin pepitas (una vez cortado, 450gr.)
  • 1 diente de ajo
  • algo de aceite para saltear el calabacín
  • 130gr. de harina
  • 2 cdas. de parmesano rallado
  • 1/2 cdita.  de polvos de hornear
  • 3 huevos XL
  • 140gr. queso tipo Philadelphia
  • 50ml. de leche
  • 25ml. de aceite de oliva
  • sal y pimienta


Preparación:
  1. Saltea en un poco de aceite de oliva con un diente de ajo, el calabacín cortado en trocitos muy menudos. Salpimienta, retira el ajo y reserva.
  2. Calienta el horno a 180ºC (170º si es de aire).
  3. En un bol, mezcla el resto de ingredientes: harina, parmesano, polvos de hornear, huevos, leche, queso de untar y el aceite de oliva. Cuando la masa esté sin grumos, añade el calabacín y lo vuelcas sobre un molde de corona.
  4. Hornea hasta que esté cuajado y tenga un bonito color dorado. Puedes comer templado o frío.

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4 comentarios

  1. Me magino que están pasando un calor bastante bravo, no quisiera yo estar ahí para vivirlo, ya sabés lo mío es el fresquito. La verdad es que todo ese tema de tormentas solares y demases no catzo ni un poquito. De ahora en adelante siempre , pero siempre vamos a tener que cuidarnos del sol. Me parece que ya no hay vuelta atrás, hemos hecho mucho daño como humanidad a nuestra tierra y ahora va a haber que apechugar las consecuencias. Prendiste el horno con este calor??!!! Que corajuda. Aunque la verdad es que valió la pena, se ve muy delicioso. Abrazo!!

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    1. La verdad es que el nuevo horno no deja escapar el calor así que sí, prefiero hornear que cocinar en la vitro que me da más calor. Más cómodo y me da menos pereza :-) un besazo Eri!

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  2. Un horno que no deja escapar el calor? Dónde venden esa maravilla que me la compre ya? Mi cocina no baja de los 29 grados ni por la noche y si enciendo el horno es probable que me dé un parraque. Me guardo tu receta para noviembre, cuando afloje el puñetero verano

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    1. Hola Pepa, tengo un horno pirolítico de Bosch y estoy encantada. La vitro me da más calor que el horno. En cualquier caso, ni mi cocina ni mi casa alcanzan esas temperaturas ya que aquí en Austria el revestimiento de la fachada no solo nos aísla del frío en invierno sino que también del calor en verano y por mucho calor que nos hace fuera en las casas se está de lujo.
      Un saludo,

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