Sangría de vino blanco

Me gusta que se hable sobre cosas de la mente y del alma más allá de un catecismo que es lo que este mundo nuestro ha masticado por los siglos de los siglos. Está fantástica la visibilidad que hoy se da a un montón de conductas, enfermedades y síndromes que han ayudado a eliminar estigmas y a aceptar con normalidad y sin rechazos a gran parte de la sociedad que hasta hace muy poco eran tratados como frikis circenses o algo peor.
Me gusta saber más de mí misma y de mi interactuación con el mundo que me rodea, primero por curiosidad aunque principalmente porque quiero ser mejor persona y a ser posible, me gustaría detectar mis averías a tiempo, cosa que aun no he logrado acumular una buena estadística que me acredite como dueña de una versión mejorada de mí misma. Bueno, estoy en ello.
Pero tela marinera con lo que tengo que leer. Hay por ahí pululando cada vertedero de residuos tóxicos que es para fliparlo en colores sin necesidad de acudir a los psicofármacos. Lo último que ha caído sobre mis ojos, es un artículo que explica a fondo el fenómeno "the ick" que traducido literalmente significa el fenómeno del asco. Es bien simple: conoces a alguien, te chifla, estás que supuras jarabe de frambuesas por todos tus poros y ¡zas! en un visto y no visto le coges un ascazo mortal.
Pero tela marinera con lo que tengo que leer. Hay por ahí pululando cada vertedero de residuos tóxicos que es para fliparlo en colores sin necesidad de acudir a los psicofármacos. Lo último que ha caído sobre mis ojos, es un artículo que explica a fondo el fenómeno "the ick" que traducido literalmente significa el fenómeno del asco. Es bien simple: conoces a alguien, te chifla, estás que supuras jarabe de frambuesas por todos tus poros y ¡zas! en un visto y no visto le coges un ascazo mortal.
A ver, yo he conocido gente -sobre todo en mi más tierna juventud- que le pasaban estas cosas pero siempre las he etiquetado de inmadurez emocional pura y dura, sin más remiendos. Este artículo, que lo tacha de apagón emocional, lo explica recurriendo a varios motivos: química y feromonas (puede ser), proyección de inseguridades (pues lo dicho antes, inmadurez), ansiedad o miedo a la intimidad (a ver, de qué estamos hablando gente) y -agárrate los machos- factores evolutivos. Toma ya. Y sin despeinarse. Cito textualmente: Rasgos que asociamos inconscientemente con mala salud, baja higiene o debilidad pueden provocar rechazo. Por ejemplo, algo tan trivial como unos labios agrietados puede activar una alarma inconsciente sobre “mala salud” o “falta de cuidado”.
Pero no hay de qué preocuparse porque si sientes asco por alguien, te viene bien porque te ayuda a conocerte mejor. Ea. Te juro que a veces dudo mucho del prójimo. De verdad que se me hielan las entrañas con estas bobadas que dan rienda suelta al infantilismo social en un momento como éste, donde el ombligocentrismo es la reina del baile y ahora cualquiera se viene arriba y saca de paseo a su narcisismo, a veces con soserías y otras con histrionismos galopantes y casi siempre, si he de ser sincera, yo solo siento vergüenza ajena... en serio que yo que sé.
Así que vengo con un elixir antiñoños, con alcohol, qué se le va a hacer, es lo que tiene el vino y sin abusar de él uno se lo puede pasar en grande. Esta sangría es de Estela, del blog La cocina de Estela y aunque no he hecho su receta al pie de la letra, en serio que es un lujazo de sangría. La he simplificado, añadiendo las frutas en trozos más grandes en plan macedonia y macerando menos la fruta. Invité a mis vecinos, quienes rápidamente sacaron las cucharas y rindieron cuentas hasta del último trocito de fruta. Eso ya me lo sabía yo, anda que no nos conocemos a estas alturas :-)
Ingredientes para una jarra de 1 litro
- 1 manzana
- 1 plátano
- 1-2 melocotón o nectarina
- 1 limón
- Vino blanco
- 7up
- Unas gotas de Stevia
- Hielo
- Unas grosellas congeladas (opcional)
Preparación:
- Corta la fruta como para hacer ensalada de frutas y la colocas en la jarra. El limón lo añades sin pelar y cortando las rodajas en cuatros trozos.
- Añade vino hasta la mitad de la jarra y deja enfriar una 1/2 hora en el refrigerador.
- Añade 7up muy frío hasta llenar la jarra.
- Sirve en vasos con hielo, unas grosellas congeladas y fruta al gusto.
Publicar un comentario