Bollitos sin levar de quark con grosellas

No hace tanto, las cosas no se medían como se miden ahora. Eso hacía que viviéramos más ufanos respecto a las alarmas climáticas o medioambientales o interestelares. De alguna manera, éramos más felices sabiendo poco. Pero ahora, ¡ains! ¡pero ahora! esto es un sin vivir porque el Siglo XXI nos tiene a todos con el corazón encogido con tantos estudios, descubrimientos y experimentos científicos.
Disponemos de tecnología para hacer seguimientos y documentar tantas cosas que resulta abrumador. En el siglo pasado -y mira que cada día aprendíamos algo- había muchos temazos que los científicos imaginaban o pronosticaban pero no tenían medios para afirmar. Por eso, el veinte ha sido el siglo de las teorías, teoremas e hipótesis.
Ahora por ejemplo, sabemos que la Tierra, en tan solo 20 años, se ha inclinado 80cm y que el nivel del mar ha aumentado 0.6cm. Esto es debido a la extracción de las agua subterráneas; te lo cuento porque aunque no es relevante para este sermón, seguro que más de uno se iba a quedar con el come come del porqué -a mí me pasaría-. Decía, que ahora sabemos muchas cosas raras cómo las probabilidades de impactos de meteoritos sobre la Tierra, o que las turbulencias aéreas cada vez serán más violentas y severas.
Sabemos muchas cosas que interpretamos con los datos que ahora mismo tenemos. Dentro de cinco años, cuando sepamos más, ese saber cambiará para adaptarse más a los hechos y menos a las teorías. Porque lo cierto es que desconocemos muchísimas cosas y ese afán de ir de sabelotodos, hace que los científicos saquen papers hasta de debajo de las alfombras y dan ruedas de prensa rocambolesca anunciando avances que aún están por llegar pero que los medios de comunicación interpretan a su manera dando rienda suelta al Spielberg que todos llevamos dentro.
Esto pasa, por ejemplo, con la energía oscura. Si lo de la materia oscura es para hacerse un harakiri mental, lo de la energía oscura ya es de traca. Se la han inventado porque como no hay ninguna explicación al fenómeno de "qué está causando que el universo se expanda a un ritmo acelerado" cosa que hasta hace no demasiado se pensaba que era mucho más lento... decía, que como no tenemos ni zorra, se han inventado esta energía oscura -que no siniestra- que sería la impulsora de dicha aceleración.
Pero como una fantasía, perdón, teoría lleva a otra, ahora se preguntan "cómo funciona y qué es la energía oscura". Es de locos buscar teorías basadas en datos que recogen desde telescopios gigantescos sin un hecho creíble sobre el que partir. Si el futuro demuestra que la energía oscura no existe, pues nada: aquí paz y después gloría. Si por el contrario, se logra documentar -algo que dudo- los "gurús" que lo profetizaron pasaran a la historia y lo que menos importará es que acertaron de pura chiripa y sin un solo dato sólido con el que trabajar.
En fin, que aquí deberíamos de poner una moraleja pero a mí este afán de querer saberlo todo -y si no lo podemos probar pues no lo inventamos- me parece de locos, la verdad. Luego pasa que mezclamos las churras con las merinas y ya no sabemos en qué creer y de aquí a decir que la Tierra es plana solo hay un salto de página. Eso sí, los tierraplanistas lo tienen cada vez más crudo porque tienen que estar temblando con lo de los 80cm. de inclinación porque si las matemáticas no me fallan estamos a unos 30 ó 40 años de caernos todos por la borda en plan Titanic.Hoy tocan estos bollitos rápidos que no tienen que levar porque se hacen con polvos químicos tipo Royal, sin misterios ni energías oscuras. Bueno, desaparecieron en un abrir y cerrar los ojos. Lo mismo algún misterio si que esconden después de todo ;-)
- 1 huevo
- 50gr. de azúcar
- 250gr. de queso quark
- 50gr. de mantequilla fría
- vainilla
- 250gr. de harina de espelta (yo uso parte integral)
- Polvos de hornear tipo Royal
- 50gr. de grosellas
- leche para pincelar
- azúcar glas para espolvorear
Preparación:
- Precalienta el horno a 180ºC.
- Amasa todos los ingredientes juntos. Cuando tengas la masa ligada (sin amasa mucho para que queden más rústicos) añade las grosellas.
- Divide la masa en 10 a 12 porciones dependiendo de si los queréis más o menos grandes. Los colocas en la placa del horno y los pincelas con un poco de leche.
- Hornea hasta que están dorados y una vez templados, añade azúcar glas por encima.
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