Lentejas express happy end

El origen del mundo

Hacía pocos años que había terminado la guerra de España y la cruz y la espada reinaban sobre las ruinas de la Republica. Uno de los vencidos, un obrero anarquista, recién salido de la cárcel, buscaba trabajo. En vano revolvía cielo y tierra. No había trabajo para un rojo. Todos le ponían mala cara, se encogían de hombros o le daban la espalda. Con nadie se entendía, nadie lo escuchaba. El vino era el único amigo que le quedaba. Por las noches, ante los platos vacíos, soportaba sin decir nada los reproches de su esposa beata, mujer de misa diaria, mientras el hijo, un niño pequeño, le recitaba el catecismo.

Mucho tiempo después, Josep Verdura, el hijo de aquel obrero maldito, me lo contó. Me lo contó en Barcelona, cuando yo llegué al exilio. Me lo contó: Él era un niño desesperado que quería salvar a su padre de la condenación eterna y el muy ateo, el muy tozudo, no entendía razones.

- Pero papá - le dijo Josep, llorando -. Si Dios no existe, ¿Quién hizo el
mundo?
- Tonto -- dijo el obrero, cabizbajo, casi en secreto -. Tonto. Al mundo
lo hicimos nosotros, los albañiles.

El libro de los abrazos, Eduardo Galeano
El libro de los abrazos es uno de mis libros preferidos desde hace siglos. Le tengo siempre a mano, como desde hace 20 años o así. No sabía que historia traerte, he dudado mucho. Vendré con alguna otra pronto.

Mientras, me quedo con esta historia, recuerdo triste de nuestra posguerra y dictadura. A muchos a lo largo de mi vida, los he oído decir que era una dictablanda. Eso solo lo pude decir un favorecido por el caudillo. Los que estuvieron del otro lado -como mi abuelo Saturnino- las pasaron canutas.

A mi abuelo sé que le hubieran encantado estas lentejas. Son super rápidas y tan gustosas que hasta Lucas que no es nada fan de las legumbres se las come con mucho gusto. Hago una versión casi igual con judías pero con sirenitas flotando: a veces buñuelos de patata y bacalao, o albondiguillas de pan o de carne... las traeré al blog cualquier día de estos. Hoy toca lentejas con happy end, porque las democracias es lo que tienen, nos quitan el pan -porque engorda, no por otra cosa- y nos colman de platos rápidos y sabrosos.


Ingredientes para 4 raciones:
  • 1 patata grande
  • 1 zanahoria 
  • 1/2 cebolla
  • 1 diente de ajo
  • caldo de verduras (más o menos 1/2 litro)
  • 300gr. de salsa de tomate casera (o tipo casera)
  • 1 lata de lentejas (más o menos 400gr.)
  • Un manojo de espinacas
  • opciones: unas rodajas finas de longaniza)

Preparación:
  1. En un poquito de aceite de oliva, pocha la cebolla y el ajo mientras cortas en trocitos muy menudos la patata y la zanahoria. Cuando dore la cebolla, añade un poco de caldo y cuece hasta que transparente casi toda.
  2. Pásalo por la minipimer o procesador de cocina hasta que quede completamente triturada. Vuelves a pasar este caldo a la olla y cueces en él la patata y zanahoria unos 5 minutos
  3. Añade el resto de ingredientes. Las espinacas debes cortarlas en fino antes de echarlas a la cazuela. Deja que cueca 10 minutos más o hasta que veas que la zanahoria está blanda. Rectifica de sal.

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