Pastelitos de limón

octubre 31, 2010
Estoy muda, apática y con las articulaciones de mis dedos como morcillas. Hasta que este body serrano se acostumbre a las menos-temperaturas, mis huesos me traen por la calle de la amargura. Por cierto, esta calle ¿existe en tu ciudad? Aquí, ni de cerca pero en Madrid encontré una llamada así cerca de Puerta del Ángel y a la que paseas un poquito más te cuelas en la de San Canuto para que la tragedia sea completa: voy por la calle de la amargura y las estoy pasando canutas... es como para darse a la bebida.

Pensé en el whisky que aunque no me gusta nada me cae simpático -es posible que esta frase se la más estúpida que he dicho hasta la fecha- y esa simpatía ha engordado después de leer hace un par de días otra de Lord Byron que dijo algo así, como que la emancipación de la mujer es imparable desde que las damas beben whisky en público. Me hizo mucha gracia y más cuando siempre he visto el whisky como una bebida de vaqueros machotes. 

Nunca hubiera imaginado a una dama del siglo XIX con una garrafa tripleX del brazo retando al pretendiente de turno a chupitazos -ojo, hablo de las señoras corrientes de carne y hueso y no de las películas- pero, cachis, qué bonita hubiera sido nuestra historia si las mujeres se hubiera echado más al botellón. Más de una le hubiera devuelto el golpe al marido cualquiera de esas noches que le llegaba el muy animal a casa ciego de aguardientes. Pero dejo esto aquí que no tengo el horno para bollos y como dice mi tita Mari Luz, las mujeres de mi familia somos de las que dormimos con la escopeta cargada ¿te imaginas que encima le diéramos al whisky? ya lo estoy viendo: todo un señor cañón en el recibidor de la tita, ¡me parto! 

Pero no estoy yo para garrafón. Y menos para acompañar a este pastel que fue un flechazo al primer clic. Lo vi por primera vez aquí, en Al cibo commestibile, y aunque he visto muchos más desde entonces, a mí éstos me dejaron loca de remate... el caso, es que en ese preciso instante, la decisión quedó tomada: esos cuadraditos iban a caer ¡ya! eso sí, sin ser cuadrados que yo sigo luchando por no picar y comprar el tamaño de molde cuadrado que me falta, el mediano, ese que utilizaría día sí y día también a diferencia de los otros dos que se llenan de telarañas en el armario de cocina. En fin, que mis pastelitos de limón se los dedico a mi tita que creo que la iban a gustar muchísimo y a mi charrita del alma, que cuando le enseñé este pastel sintió el mismo flechazo que yo había sentido... y ni idea de cómo y por qué, pero me acordé de otro flechazo, el de Jules, éste -el flechazo, no te asustes- desaparecido de muerte natural y ahogado en limoncello; y entonces, lo vi claro. Bueno, lo que le iba a echar a mis pastelitos ex-cuadrados de limón. La receta quedó clara y cristalina en mi consciente más inmediato... tanto, que tuve que ponerme manos a la masa antes de olvidar mis apañicos iluminados...
-“Si hay una loca en diez kilómetros a la redonda, vendrá a mí. Seguro. Es cuestión de tiempo.” El Jules ha levantado mucho la voz. Y el vaso. Un poco de limoncello cae y me salpica el pelo. Y el brazo del sofá.

–“Y tampoco es como si yo fuera por la vida diciendo ¡dejad que las locas se acerquen a mí! Noooo.” Vocifera. Los dos parecen tan furiosamente de acuerdo que mi participación no parece necesaria, así que me dedico a secarme el pelo con una servilleta. Cuando termino, huelo un mechón. Puaf.

-“Claro que no, Jules. No es culpa tuya.” Responde solícita Lady D., levantándose un poco tambaleante, rellenándose el vaso y cambiando de sitio, sentándose (más bien desplomándose) junto a Jules en el sofá. Cuando en un intento de posar la botella en la mesa está a punto de soltarla en el aire, me precipito a cogerla y corro a guardarla en el armario de los licores antes de que el Jules se ampare de ella.
¿Te das cuenta que curioso? por estos lares se ve mucho tráfico de recetas pero poco a poco me estoy enviciando al tráfico de la palabra y de historias ajenas:-)

Hala, a los pastelitos...



Ingredientes para la base:
  • 160 gr. de mantequilla
  • 1 cda. de agua si ves que se queda dura
  • 2 cdas. de azúcar
  • 250 gr de harina
  • ralladura de un limón hermoso

Ingredientes para la crema:

  • 2 cdas. de maicena
  • 4 cdas. de almendras muy molidas o harina de almendras
  • 5 huevos
  • ralladura de otro limón
  • 200 ml de zumo de limón (sustituí 50ml. por zumo de flores de saúco)
  • un chorro bien generoso de limoncello
  • 1 cda. de crème fraîse o queso fresco tipo Philadelphia
  • 140gr. de azúcar (el zumo de saúco es bastante dulce así que se reduce la cantidad de azúcar considerablemente)

Preparación:


  1. Calienta el horno a 180º. En un bol, mezcla el harina y la mantequilla y mezcla hasta que formen migas. Añade el azúcar y  la ralladura. Amasa hasta que la pasta esté lisa y homogénea y rellena la base del molde que previamente habrás engrasado. Hornea unos 15 minutos.
  2. Mientras tanto, en otro bol, mezcla con ayuda de unas varillas los huevos. Añade el azúcar y sigue batiendo. A esta crema, incorporas el zumo, el limoncello, la ralladura, la crema y por último la maicena y las almendras molidas. 
  3. Vierte la crema al molde con la base  y lo horneas durante 15-20 minutos. La superficie tiene que quedar lisa, sin dorarse y jugosa. Si lo ves necesario puedes bajar la temperatura -nadie mejor que tú controla tu horno-. Para que te hagas una idea, si ves que hace bolsitas en la superficie, habré la puerta, deja que se escape algo de calor y baja la temperatura unos 10-15º. Si tu horno es de los que tiende a tostar rápido, cubre con papel de aluminio el pastel... en fin, que esto es para hornos complicados. No tuve problema alguno a 180ºC sin poner el aire. Necesité 15 minutos y quedo perfecto. Espolvoreados con azúcar glas quedan preciosos:-)

Tarta selva negra made in mi casa

octubre 26, 2010
Esta tarta es el gran clásico germano sin lugar a dudas. Más que un pastel tradicional es un símbolo de la repostería alemana conocido en todo el mundo -y extrarradio, que fijo que a más de un astronauta le han metido un tubo con extracto de selva negra en la despensa de abordo-. Pero como todas las cosas famosas, que por falta de pico y de vocabulario no han podido defenderse de las malas lenguas, ésta hermosura ha sufrido lo suyo. Y como casi siempre en estos líos, la culpa es de los tiempos modernos y esa manía nuestra de poner a todo una etiqueta made in y de paso, algunos se hacen con una patente aquí y otra allá.

Su autoría se la atribuyen varios confiteros. Existe incluso una trama que asegura que es una tarta de origen suizo y, con una justificación algo ligera para mi gusto, dejan caer que en los Alpes también hay bosques negros... y osos! y por eso nadie dice que el Osobucco es un invento suizo... o sí? eh, da igual, que hoy el horno no está para bollos sino tarterillo en plena crisis de identidad. A lo nuestro, la selva negra y su conflictiva infancia que mientras fue pobre y anónima nadie se acordó de ella pero cuando le llegó el éxito le salieron parientes hasta debajo de las virutas. Lo que no se puede discutir -dejo la reclamación suiza fuera del plato-, es que es una tarta hecha con las ricas cerezas que crecen en las montañas de la Selva Negra, uno de los lugares en Alemania de mayor producción y con los licores de cereza más famosos... hasta aquí, no hay nada que nos haga dudar que éste es un pastel típico de los indígenas de tan conocidos bosques... incluso hay quién proclama, que el nombre de la tarta es una inspiración de los sobreros tradicionales de las damas lugareñas, el Bollenhut, aunque hay que ser retorcido para hacer un pastel pensando en un sombrero tan... sombrero! cuando lo más sensato es que uno sueñe con esas montañas de maravillosas cerezas que invitan a comerse en dulce y en salado, en crudo y hasta en frasco... no me digas tú!
Resumiendo: que el pastel se puso muy de moda en la Alemania repuesta del golpetazo de la 1ª Gran Guerra y en plena fiebre tarta_de_cerezas, salieron confiteros por todos lados diciendo eso de "mía" "mía"... tuya? a mí con otras guindas! que me juego las mías a que ésta es una de las tartas típicas que harían las granjeritas del lugar cada vez que había algo que festejar... y el resto, en mi opinión, todo replicas... En cualquier caso, para que una tarta selva negra sea considerada como tal, tiene que cumplir los siguientes requisitos (que conste que esto no lo digo yo, sino que es cosa del consorcio de pasteleros o algún organismo del mismo palo). En fin, que ahí van las condiciones :
  • Hacerse con un bizcocho tipo vienés con un mínimo del 3% de cacao puro..
  • Rellenarse -a ser posible- con compota ácida de cerezas, especialidad típica de la zona. En cualquier caso, la tarta debe de tener un sabor a cerezas muy pronunciado y su relleno debe de contener al menos un 6% de fruta..
  • Y tiene que estar cubierta con nata o mantequilla y espolvoreada con virutas de chocolate..
Hala, que mi tarta es una selva negra , muy selva y muy negra que tiene de todo y de sobra.


Ingredientes para el bizcocho en un molde de 23cm:
  • 150gr. de mantequilla en pomada
  • 140gr. de azúcar
  • un poco de aroma de vainilla o 1/2 cucharadita de azúcar avainillada
  • 3 huevos
  • 90gr. de cacao puro en polvo
  • 250gr. de harina tamizada
  • 2 y 1/2 cucharaditas de levadura química tipo Royal
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • 150ml. de Buttermilch (o yogur natural)

Para relleno:
  • un frasco de 500gr. de compota ácida de cerezas (para hacer la compota se necesita 500gr. de cerezas deshuesadas, zumo de 1/2 limón, 1 vaso de agua y 150gr. de azúcar) 
  • un generoso chorro de licor de cerezas (opcional) 

Para la cobertura:
  • 400ml. de nata para montar  (me sobró un poco)
  • 2 cucharadas de azúcar avainillada
  • 100gr. de chocolate 60% puro cacao
  • virutas, fideos, perlas o lentejas de chocolate a gusto y/o inspiración del cocinero

Preparación:

  1. Precalienta el horno a 180ºC. 
  2. Forra la base del molde con papel de hornear y unta en un poco de grasa el interior y los lados. Empieza batiendo la mantequilla y el azúcar hasta que tengas una crema sin grumos. Añade el cacao en polvo, la vainilla, los huevos y el Buttermilch o yogur y bátelo hasta que todo esté bien mezclado. Añade el harina, tamizando con ayuda de un colador, que habrás mezclado previamente con la levadura y el bicarbonato. Mezcla hasta que no queden grumos y la masa esté lisa y viértela en el molde. 
  3. Hornea entre 40-50. La superficie del bizcocho tiene que quedar completamente plana. Si ves que sube como un volcán tendrás que bajar un poquito la temperatura (10-15ºC menos). Siempre, ante la duda, menos calor y ten en cuenta que menos calor más tiempo de cocción. Deja enfriar el bizcocho 20 minutos antes de desmoldarlo (el haber puesto papel en la base hará que esta fase sea mucho más fácil) y cortarlo por la mitad.
  4. Mientras el bizcocho está en el horno, cogemos el frasco de cerezas y ponemos el zumo en un cazo a fuego fuerte para que reduzca a la 1/4 parte que podemos regar con un generoso chorro de licor de cerezas. Cuando esté listo, separa y deja enfriar. 
  5. Monta la nata con el azúcar avanillada y deja que repose en la nevera unos minutos. Mientras, ralla el chocolate que usaremos para adornar encima de la tarta.
  6. Momento montaje: Coloca la primera mitad del bizcocho sobre la bandeja o plato donde va a reposar la tarta. Con ayuda de un pincel, baña la tarta con la reducción del jugo que hemos preparado antes. Usa como una 1/3 parte del jugo. Coloca las cerezas y reserva una docena para adornar la tarta al final. Añade una buena capa de nata y coloca encima la otra mitad del bizcocho que habrás mojado en otra 1/3 parte del jugo. Ya compuesta, baña con el resto del jugo la parte superior del bizcocho. Cubre con nata toda la superficie y lados de la tarta y guarda un poco para adornar al final con la manga. Espolvorea con el chocolate rallado la superficie de la tarta y adorna como más te guste los laterales. Al final, y con ayuda de una manga, adorna el pastel a gusto. Las cerezas yo las reservo justo para el final, minutos antes de presentar el pastel a las visitas para que no moje la nata y deje churretones rosas por doquier (por mucho que las escurras siempre soltará algo de líquido).

Sopa de puerro con garbanzos para hablar de sirenas

octubre 18, 2010
Existe un lugar precioso en Almería, justo en lo alto del faro del cabo. Le llaman el Arrecife de las Sirenas y con solo echar un vistazo al acantilado comprendes porqué el faro está ahí, coronando ese trozo de costa. Cada vez que he ido -siempre a contemplar atardeceres como todos los hijos de vecino que por allí se dejan caer al final del día- pienso en las sirenas de Ulises. No eran medio pez medio mujer como nos han contado las leyendas celtas, sino pájaros con cabeza y pecho de mujer que, aunque no sabían nadar, les gustaba muchísimo -literalmente- los marineros. Estas sirenas hechizaban con sus melodías a los navegantes que dejaban de comer, de beber, de dormir... dirigían sus naves en dirección de los mortales cánticos y, una vez que los barcos se acercaban a la costa de la isla de las sirenas, naufragaban en los arrecifes rocosos y eran devorados.

Ulises se libró por los pelos. Mandó a su tripulación taponarse los oídos con cera y él, que deseaba escuchar tan maravilloso canto, se ordenó atar al mástil para no lanzarse por la borda tras las hechizantes voces... pero no, no caigas en la trapa de pensar que Ulises era listuco como ninguno. Que va! fue alertado por Circe la hechicera, que estaba loca por sus huesos... y aunque no consiguió que Ulises se quedara a su lado, tan grande era su amor que le previno de todos los peligros con los que iba a toparse de regreso a Ítaca... esto es amor y lo demás tontería... y llámese tontería al intentó convertirle en cerdo como al resto de su tripulación que se dejaron engorrinar vilmente... pero eso fue antes de enamorarse perdidamente del héroe... y tampoco, ésta vez tampoco consiguió evitar ser un cerdo el solito, que de nuevo recibió ayuda divina...
Pero, ¿qué hubiera pasado si Ulises hubiera contado con Jaime Oliver como tripulante? pues que creo que hubiera roto el encanto con una de sus sopas, así te lo digo... porque puestos a elegir, yo prefiero morirme ahogada por un garbanzo al comerme esta sopaza que a que me coman como a garbancito a la que me ahogo... por muy sirenas que sean! que no, que conmigo no cuenten para almorzar. De hecho, mira si son curiosas las casualidades, de vuelta a casa siempre hubo garbanzos. Las cosas de las vacaciones: mi madre preparaba una olla de lo que fuera y a medida que nos íbamos dejando caer, pillábamos cuchara.. lo normal era, desayuno de reyes, un par de tapas -o tres- para comer y una cena temprana de cuchara. Las veces que volví del faro, tonta y con la mente en Babia después de contemplar a las sirenas, en casa hubo garbanzos: cocido, gurullos con jibia, potaje... ya es casualidad...y no te digo como espabilaba! un visto y no visto.

Así que esta sopa, entra en mi lista de antídotos contra las sirenas y te la recomiendo usar siempre que en casa ande alguien desganado y con la cabeza llena de pajaritos -bueno, medio pajaritos-  porque a la que escribo se me está ocurriendo que bien podría ser un remedio contra el mal de amores... es solo una idea y lo digo porque el cuadro clínico de una empanada amorosa parece que encaja a la perfección con el épico encantamiento. En cualquier caso, si alguien se anima a probar que no dude en escribirme y contarme detalladamente los resultados.


Ingredientes para 6 según Jimmy Oli, alias Jamie Oliver:
  • 350gr. de garbanzos cocidos (pasamos de mayor complicaciones)
  • 1 patata mediana (yo dos que así la sopa cunde más) 
  • 5 puerros medianos (yo 2 y 1/2 hermosos)
  • 1 cucharada de aceite de oliva (yo un chorro a ojo como siempre)
  • una cucharada de mantequilla que yo he ignorado por completo
  • 2 dientes de ajo (yo tal cual)
  • sal
  • pimienta negra recién molida
  • 850 ml de caldo de pollo o de verduras (yo en un caldo de verduras y jamón)
  • queso parmesano rallado
  • unas gotas de aceite de oliva extra virgen para toque final

Preparación:
Lo primero decir a los que andamos por Austria, que en el Merkur y en el Billa, en la sección de productos trucos, hay unas latas de garbanzos cocidos que están de lujo. Ahora a la sopa: corta los puerros en rodajas muy finas y la patata en cuadrados pequeños. En una cacerola, pon un poco de aceite de oliva y gratina levemente el puerro con los ajos machacados. Añade el caldo, los garbanzos, la patata y sazona con sal. Deja que cueza a fuego lento unos 20 minutos hasta que la patata esté blanda. Rectifica de sal. En el momento de servir, por un poco de queso parmesano rallado por encima y pimienta negra recién molida.
Y con un plato de sopa en tus manos puedes hasta gritar: "a mí sirenas, venir y cantar cuanto os apetezca:-)

Pan de calabaza:world bread day

octubre 16, 2010
Sábado por la mañana. Estoy sola en casa como el Kevin... cómo se llamaba ese crío?... cachis, vaya memoria de mosquito que calzo, pero bueno, da igual, que este detalle no nos va a sacar de pobres ni a ti y ni a mí así que... pa'que...uf, que chorrada más grande... no tengo ni idea que contar. Y llegar y soltar la receta a bocajarro como que no, que iba a sonar muy raro, y más hoy que celebramos el día del pan...así que sea como sea, voy a hacer una entradilla digna para tan importante invitado que bien se merece que le reciba con mucho bombo y platillo. Hala, vuelvo a empezar...
World Bread Day 2010 (submission date October 16)
Sábado por la mañana. Estoy sola en casa. Los chicos estarán fuera todo el fin de semana. Cuando regresé de despedirlos, al entrar a la casa, me dio un vértigo tremendo. ¿Te quieres creer que no he sido capaz de afrontar ese silencio? ahora me hago acompañar por la Niña Pastori, escucho el No hay quito malo... un gustazo. La verdad es que no se a qué viene este bloqueo porque estoy rodeada de un ambiente de esos que me inspiran hasta las cejas: es una mañana brumosa como casi todas en otoño. Cuando llega el frío frío -el auténtico frío- son claras y muy secas. La calle está completamente desierta porque hoy la gente está un poco " a ver que pasa" ... han estado diciendo toda la semana que este fin de semana lloverá y hará más frío así que estamos vigilantes a ver si arranca o, como suele pasar, nos han engañado los del tiempo.

Esta semana, todo el mundo ha estado muy ajetreado preparando los jardines, tapando los setos y huertas y poniendo los neumáticos de invierno. Todos menos, nosotros... cachis, tengo un come come al estilo, mañana-es-lunes-y-no-he-hecho-los-deberes... tengo la huerta no solo destapada sino que además no la he terminado de recolectar. Las acelgas, las lechugas y mis aromáticas siguen ahí las pobres... como venga el frío las va a dar algo... Y los neumáticos, sin poner. Los chicos se han tenido que ir a Salzburgo en tren. Lucas como loco claro. Les dio la hora de cenar en el tren y les había preparado unos bocadillos y unos muffins de zanahoria. Me llamaron para decir que "qué rico, mami" ... pero se puede ser más lindo en esta vida? ... ainsss, puede que mi descoloque de hoy sea el resultado de mi mala conciencia por no haberme preparado para recibir al Señor Frío mezclado con fuertes dosis de ausencia. Qué ganas tenía de tener unos días de descanso yo conmigo misma y ahora que los tengo me entra pánico familiar... Ay que jorobarse!
Ea, pues ya no me enrollo más. Te dejo con este pan de calabaza, receta de mi maravilloso libro de 5 €, muy rico que se deja untar por todo: mantequilla y mermelada por la mañana y un par de Aufstrich por la noche... este pan le hice a la tarde para la cena y, a la mañana, tuve que hacer fotos deprisa y corriendo antes de desayunar porque, por un momento me esperé lo peor... que no sería la primera vez que una receta la tengo que repetir un par de veces por no llegar a tiempo la foto...

Ingredientes:
  • 300 gr. de trozos de calabaza pelada
  • 500 + 60 gr. de harina de fuerza (usé espelta)
  • 1 sobre de levadura seca de panadero
  • 120 ml. de agua
  • 1 cucharadita de sal
  • yema de huevo y agua para pincelar
  • pipas de calabaza para adornar

Preparación:
En una cacerola con un poquito de agua (justo para que cubra la base) ponemos a cocer a fuego lento los trozos de calabaza. Aproximadamente en 10 minutos estarán al dente. Escurre la carne de calabaza y reserva el agua (deja que se enfríe, no la vayas a usar caliente). Al tiempo, disuelve la levadura en un poquito de agua (unos 50-60 ml.) con unas 3 ó 4 cucharadas de harina. Remueve bien y deja que la levadura haga su trabajo. En unos 15 minutos, habrá triplicado su volumen. Si tienes varillas de amasar eléctricas, pon todos los ingredientes juntos y amasa: el harina, la sal, la carne de calabaza, el prefermento con la levadura y el resto del agua (entre 60-70 ml.). Yo usé el agua que me sobró de cocer la calabaza. Si amasas a mano, coge un bol buen grande de borde ancho que te deje amasar con facilidad (una ensaladera grande te podría valer). Pon el harina con la sal y mezclada con las manos. Añade la calabaza y sigue trabajando con las manos para que se vaya ligando a la harina. Añade el prefermento con la levadura y el resto del agua (entre 60-70 ml.). Una vez trabajo un poquito la masa, pásala a la mesa o encimera y trabájala bien. No enharines mucho la mesa ya que es una masa bastante húmeda. Si ves que se queda dura, pues irte mojando las manos en agua a la que amasas. Deja que repose una hora y media más o menos (mínimo que doble el tamaño y ante la duda que repose un rato más).

Pon un poco de aceite o mantequilla en un molde redondo. Separa como una 1/4 de la masa si vas a adornarlo con un nudo o un 1/3 de la masa si le vas a hacer una trenza como hice yo. Haz una bola con la masa de pan grande y la colocas en el molde. Ahora enharina bien la parte de masa que hemos guardado para el nudo o trenza de arriba. Para que no se nos deforme y se convierta en un churro, hay que ponerla más dura añadiendo unos 60gr. de harina poco a poco. Recuerda que se tiene que dejar trabajar bien. Si necesitas más harina usa un poquito más. Pero si ves que ya se maneja bien con menos harina, mejor que mejor. Para el nudo, haz una tira cilíndrica con la masa de unos 35 cm. de largo. El apañas el nudo y lo colocas sobre el pan. Para la trenza haz tres tiras cilíndricas de unos 50 cm. de largo. Haz una trenza normal y lo colocas sobre el pan. En ambos casos, los extremos los guardas debajo del pan para que queden bien sellados a la que el pan leuda de nuevo. Deja reposar de nuevo como una hora. Mientras vas calentando el horno a 210ºC. El pan queda muy lindo pincelado con un poco de yema de huevo. No me gusta estropear un huevo para este paso. Si ese día uso algún huevo, separo un poquito de yema que mezcla con agua y lo reservo en la nevera. Con ello pincelo el pan y lo adorno con unas pipas de calabaza. Yo las he triturado antes, me resulta muy bonito ese verde que desprenden. Si no quieres estropear un  huevo, puedes pincelarlo solo con agua para que haga de fijador a las semillas. También queda bien bonito:-)

Sopa de guisantes con gambas al limón y un gramo de esperanza

octubre 10, 2010
Suenan los helicópteros por doquier.
Todo parece estar bajo control, inmunizado a la naturaleza y a los sentimientos en el pasillo que se extiende entre el check point y el hotel, -como la laguna Estigia en versión militar vista desde la barca de Caronte-. Todo, excepto un puñado de florecillas que acaba de nacer. Son amarillas, pequeñas, casi invisibles para los soldados que miran de frente; deliciosas para los que buscan un brote de vida, un gramo de esperanza al que aferrarse para mantenerse en pie.

Invierno en Bagdag, Elena García Quevedo
Hoy no te voy a hablar de mis chicos, ni de mi casa, ni de mi jardín. Hoy te voy a abrir el alma y voy a hablarte de personas muy especiales. Algunas muy valientes y decididas. Otras abandonadas y olvidadas. Lo voy a hacer así porque llevo mucho tiempo buscando la manera de abrirme de par en par, y poner palabras a esas otras cosas de la vida que me llenan de pena, horror y desesperanza. Hace un par de meses, empecé a documentar un proyecto para un posible reportaje junto a mi hermano David. No sé si el proyecto saldrá adelante, aunque te aseguro que sus protagonistas ya no saldrán nunca de mi alma. Hemos estado escarbando en conflictos armados, en violaciones y torturas. He descubierto reportajes, vídeos, testimonios; historias tremendas, de esas que te hacen perder la fe en el ser humano.

Pero a la que chocaba con todo este horror, también han hecho presencia muchas personas implicadas en cuerpo y alma para ayudar a los olvidados. Es gente que habla de esperanza, de flores que crecen debajo de las botas de los soldados, de abrazos, de paz... pero sobre todo, gente que nos cuentan lo que pasa y por qué. La ginecóloga Mónica Hauser, ganadora del Premio Nobel Alternativo 2008, repite hasta la saciedad el papel de las mujeres en las guerras. Son violadas porque son un arma más contra los hombres. Son violadas porque son el trofeo del soldado e incluso, son violadas porque no cuentan. Porque sí. La comunidad internacional "condena" pero no persigue. Para los gobiernos, hablar de violaciones es algo incómodo e impreciso. Algunas sociedades, señalan y estigmatizan a las víctimas de por vida y otras, directamente las tapan con silencios; si no se habla, no existen.

Mónica H., al igual que otros cientos de cooperantes, marcharon a Bosnia en 1992, cuando los reporteros de guerra en los Balcanes nos contaban día a día las atrocidades que sufría la población civil. Por primera vez en nuestra historia, los noticiarios hablaban a diario de violación y tortura a mujeres de cualquier condición y edad: hijas, madres y abuelas violadas sistemáticamente y en serie por solados y milicianos. Desde entonces Mónica H. trabaja ofreciendo ayuda ginecológica y psicológica a las víctimas en cualquier conflicto sea cual sea el rincón olvidado donde se libre y no cesa de denunciar a los gobiernos por su falta de implicación. Como ella, miles de cooperantes por todo el mundo alzan sus voces para contarnos lo que pasa en Colombia, El Congo, Somalia, Liberia, Irak, Afganistán... ¡Madre mía, la lista es tremenda!

Candance es subsahariana, tiene 19 años y está embarazada de tres meses fruto de una violación en la "tierra de nadie", entre Argelia y Marruecos. Intentaba llegar a España y quedó atrapada en Marruecos. Médicos Sin Fronteras alerta del deterioro de la situación médica y humanitaria de los inmigrantes subsaharianos en Marruecos, cientos de personas, entre ellas muchas mujeres y niños, que están siendo deportados en medio del desierto donde les abandonan a su suerte sin comida ni agua.

Paula tiene 52 años y vive en Ciudad Juárez. Su hija Sagrario desapareció el 16 de abril de 1998, dos meses antes de cumplir 18 años. Su cuerpo se encontró días después completamente destrozado. Fue violada, torturada y asesinada. El padre de Sagrario se suicidó años más tarde incapaz de superar su dolor. Pero, al igual que Candace, Paula tiene suerte porque no han sido olvidadas. Candance pertenece a un programa de ayuda a mujeres violadas y Paula ha protagonizado el documental “La Carta. Sagrario nunca has muerto para mí”.

Y aquí estoy yo, haciéndome eco de una realidad durísima en mi blog de cocina, algo que a más de uno le va a chocar muchísimo. Günter, el primero. Me ha preguntado: ¿pero dónde lo vas a publicar, en el blog? ¿en el blog de cocina? y muy despechada le he contestado: ¿y por qué no? Para mí la cocina no es frivolidad ni símbolo de banalidades. Muy al contrario, me inspira tremendamente a sentir y compartir. Ayer mismo me escribía con Elena y le contaba que para mí la cocina, es casi un rollo místico - o cósmico, que a estas alturas ya sabes muy bien que pie calzo- que me mantiene conectada con los que quiero y aprecio. A veces, muchas, hasta con lo que no conozco. Cocinar es una rutina de amor y un medio de compartir lo más vital porque -parafraseo esta gran verdad- en parte, somos lo que comemos. Y lo mismo ocurre con mis relatos. Son fragmentos de mi vida tal cual, y en ella también caben los desesperados, doloridos, destrozados, tristes, solitarios y abandonados. Y quiero ayudar a tender esas manos invisibles a las Paulas y Candances del mundo, para que sepan que no están solas. Porque cuando un delito contra un ser humano queda impune, solo nos queda gritar y denunciar públicamente. Lo de menos, es si ese grito lo escuchan tres o tres mil.... hay que desgallitarse porque el silencio es el mejor amigo de la barbarie.

Yo no sé donde nacen los milagros ni donde se esconde el interruptor que inicia el cambio. Pero si es conocida mi fe en las sopitas y en su efecto reparador casi mágico. Hice ésta pensando en todas estas cosas, conjurando amores, curas y utopías. Pensé en esos brotes de vida debajo de las botas de los solados y en esas flores del check point:
"Me han dicho que las mayores inventan utopías que cuentan a las recién nacidas. Hablan de paz. Es curioso, ayer hubo un instante en el que vi un pequeño jardín bajo la bota del soldado que registra." Invierno en Bagdag
(mil besos Elena)


Ingredientes:
  • 300gr. de guisantes
  • 1 puerro mediano
  • 1 chalota
  • 1litro y 1/2 de caldo de verduras
  • un generoso chorro de vino blanco aromático (yo usé uno de la tierra)
  • 1/4 de litro de leche
  • 1 cucharada de crème fraîche o queso tipo Philadelphia
  • 4-5 gambas, gambones o langostinos por persona
  • zumo de limón y un trozo de cáscara
  • pimienta recién molida
  • Sal y un chorrito de aceite de oliva

Preparación:
  1. Pon las verduras cortadas en trocitos, los guisantes tal cual y el caldo. Cuece unos 15 min. Añade entonces el vino, la mitad de la leche y la crème fraîse. Que cueza otros10 min. más y pásalo todo por la triturado. Filtra la sopa por un chino o colador. Reserva caliente.
  2. En una sartén, pon un chorrito de aceite, un trozo de cáscara de limón y saltea a fuego vivo las gambas. Salpimienta y añade un buen chorro de zumo de limón. Deja que reduzca, ensarta en un palito de pinchos y reserva caliente.
  3. Calienta el resto de leche que nos sobra y bátela con unas varillas hasta que se convierta en espuma. Cuando más caliente está la leche, más se deja hacer espuma. Emplata la sopa, añadiendo por encima la espuma de leche.

gratinado de krapfen con ciruelas y un poco de deseo por lo ajeno

octubre 05, 2010
Mira, me acabo de comer un postre la mar de rico. Y de fácil. Lo he apañado en menos de media hora y apenas he necesitado dos minutos para rendirle cuentas. Es un dulce de temporada, con bollo, fruta y crema... completo, de los que no fallan. La idea, en fin, la idea!... más que idea, envidia y buena memoria. Hace pocos días vi en el blog de Marilu un puding de donuts de chocolate que me dejó completamente atontada... cachis! qué rabia! algo tan sencillo y apetitoso y yo sin donuts... y lo que más rabia me dió, fue el conjunto en si... vaya, que yo no tuviera donuts y ella si, así te lo digo, porque desde que pertenezco a esta red ilegal de blogueros (ilegal, digo bien, que no puede ser de ley los atracones que nos damos) sufro de ataques frecuentes de deseo por lo ajeno, codicia y rabia estomacal...


Porque esto es una tortura. Te das un paseo por el vecindario y ves cada cosa que es para caer enfermo de pura envidia. Porque hablemos claro: la envidia es el deseo no cumplido que germina cuando otro parroquiano te pasea por tus narices un delicioso plato con gesto de " uy, mira lo que tengo y tú no"... No hace tanto, escribí un post donde contaba la verdadera historia del bloguero culinario. De como justificábamos nuestra actitud, estudiada y calculada al milímetro para mostrar al mundo entero nuestras hazañas gastronómicas y, para evitar ser tachados de malos y retorcidos, escurrimos el bulto dejando la receta y añadiendo aquello de "quiero compartir con vosotros".... y un comino! Nos ponemos los dientes largos porque si. Y cuantos más comentarios de "jo que envidia" más satisfechos estamos... esa es la pura verdad. Porque esto es como un pasa la bola. Uno pone una cosa rica y otro dos... uno publica un postre delirante y allá vamos todos a ver quién hace delirar más... Marilú hace un puding y yo otro... así, por pura sinergia culo-veo-culo-quiero....


Y en medio de esta batalla por el plato más delirante, estás tú, mi querido lector. Que sufres en silencio las devastadoras consecuencias de nuestra insensatez... navegas 10 minutos por nuestros blogs y estás que desfalleces de ganas, de puro deseo... tus jugos gástricos empiezan a corroerte las tripas; el gusanillo de la hambruna devora a mordiscos tu duodeno yeyunal. Impotente, llenas la pantalla de lametazos, chupas el ratón y  sueñas con ser un megabyte de esos que viven dentro del ordenador a ver si así pillas algo... y optas por cerrar la ventana del navegador diciéndote aquello de "cachis, no puedo ver esto" pero mañana, volverás. A sufrir nada más, que no te llenaremos las tripillas, ni saciaremos tu ansiedad... y un buen día, harto de tanto padecer, montarás tu propio blog donde devolvernos la bola y hacernos pagar con creces todo cuanto te hemos hecho sufrir...


Pero hasta que ese día llegue, yo continuaré alimentando esta bola de codicia culinaria con platos ricos y sabrosos. Este postre se llama, en original, Krapfeauflauf mit Zwetschgen y traducido sería gratinado de krapfen con ciruelas. Al ver el puding de Marilú, recordé haber leído esta receta del Johann Lafer, un televisivo cocinero austriaco -de un pueblín cerca de donde vivo para más señas- con un rollo similar, salvo que en lugar de donuts, se hace con los bollos típicos austriacos -los Krapfen, donuts sin agujero que suelen estar rellenos de mermelada- y en lugar de chocolate, unas ciruelas caramelizadas... en fin, que a la que escribo tengo la sensación que no tiene nada que ver una cosa con la otra pero a mi se me antojó como un postre en la misma cuerda... y dicho y hecho. Pero para salir de rositas a la que alimento la gran bola ansiosa-zampadora, te dejo la receta (original y adaptada) por aquello de compartir ;-p

Ingredientes:
  • 4 Krapfen o donuts
  • 12 ciruelas
  • 3 cucharadas de azúcar (para caramelizar)
  • 3 cucharadas de miel (yo usé 2 de goldensirup)
  • 100ml. de vino tinto (yo moscatel)
  • una pizca de canela molida
  • 2 cucharadas de licor de ciruelas (yo ron, cubano para más señas)
  • 250 ml. de nata
  • 250 ml. de leche (podría ser más)
  • 4 cucharadas de azúcar (para la crema)
  • 4 huevos
  • 1 vaina de vainilla
  • 2 cucharadas de azúcar moreno (para gratinar)
  • un puñado de almendras fileteadas

Preparación:
Pon a calentar el horno a 150-160º. Corta las ciruelas en dos y las deshuesas. En una sartén, pones el azúcar y dejas que se forme un poco de caramelo; añades las ciruelas, el goldensirup o la miel y mezclas bien la fruta. Añade el vino, el ron y la canela y deja que reduzca la salsa hasta convertirse en caramelo líquido (pon una gota en un platito y si ves que se pone sólida rápidamente esta listo. Saca y extiende las ciruelas con el caramelo en una fuente para que se enfríen rápido y así no se deshidrate la fruta (nos podía dejar el caramelo hecho una sopa).

Coge la vaina de vainilla, márcala con el cuchillo todo lo largo y saca la pulpa (la vaina que te sobre úsala para aromatizar el bote de azúcar). Pon la pulpa en un bol con la leche, la nata, el azúcar y los huevos y bátelo. En una fuente de gratinar previamente engrasada con mantequilla, pon el líquido. Coloca los bollos cortados en rodajas e intercala las ciruelas a tu gusto. Espolvorea las almendras y el azúcar moreno por encima. Hornea hasta que veas que está cuajada la crema (yo necesité unos 25 min. con el aire puesto y sin necesidad de hacer el baño maría pero cada cual conoce su horno:-). Sirve templado, casi frío regando cada porción con un poquito del caramelo que ha sobrado de caramelizar las ciruelas. Buen provecho!


Un año después (más o meno, que una ya se pierde):


Esta es la versión abreviada y mega-rápida del gratinado. He batido los huevos en 600 ml. de leche, 4 huevos, 4 cucharadas de azúcar moreno y un sobre de azúcar avainillada. El colocado los kapfen encima y he cubierto con un resto de frutas del bosque que tenía en el congelador. Un poco de almendras laminadas y al horno. A la hora de servir, le pondré un poco de azúcar glas ya que las frutitas son bastante ácidas...

Pastel culpable de manzana con streusel de nueces

octubre 04, 2010
La pobre manzana -históricamente hablando- se las ha tenido que comer cuadras -metafóricamente hablando-. Sea lo que fuere -mente- hablando, la pobre se ha metido en cada lío del ocho, así a lo tonto, y no porque ella quisiera camorra con nadie. La manzana siempre ha ido a su bola, allí en el manzano, a su aire, colgada en sus asuntos. Si por ella hubiera sido -mira que tengo un hormigueo dentro que me lo dice- muchos sinsabores nos hubiéramos ahorrado todos.

Su primera desgracia importante en la vida le sobrevino aún en el paraíso, cuando dios le echó el ojo. Ahí se empezó a liar parda porque tanto le gustaron a dios las susodichas que no quiso compartirlas con nadie. Dejó bien claro que esa era la fruta prohibida -¡ay dios mío! no te lo tomes a mal pero en aquella te vimos aflorar un pelín tu lado más egoistilla, ¿eeeeh?- y el diablo, que no necesita mucha tela para cortarle a dios un par de trajes, pues allá que fue como una víbora a  fastidiar la armónica vida paradisíaca. 

Y lo que aconteció después, bajo mi punto de vista fue un pecadillo de gula menor porque a ver que parroquiano es capaz de no hincar el diente a una manzana del patio del vecino cuando el hambre azuza; pero oye, opiniones hay para todos los gustos y si no, mira con lo que me encontré curioseando por algún librejo extraño. Son unos sermones de un padre jesuita portugués famosete en su siglo, quien afirmaba que posiblemente la culpa no fue de la manzana sino de la mente retorcida de Eva que previno, con mucha lógica, lo que iba a acontecer si se comían a la requetesusodicha porque la arpía de la Eva quería al Adán para ella sola y ojo al dato, lo quería fuera del paraíso porque dentro tendría que compartirlo con dios y por ese aro no entraba la muy egoistona. Y no contento de su teoría conspiratoria, concluye con un "así ama Eva, con sentimientos de amor propio"... no digo nada, que luego saco el pie del tiesto y me pierdo.

Volviendo al tema, el siguiente disgusto sonado, le llegó en el monte Olimpo. Los dioses celebraban una boda por todo lo alto. Los contrayentes, Tetis y Peleo, se "olvidaron" de invitar a Éride, la diosa de la discordia, que habiéndose ganado la fama de cizañera a pulso -las cosas como son- no quisieron que les aguara el bodorrio. 

Pero como todo se termina sabiendo y más aún cuando todo el vecindario lleva dos o tres días de juerga -puedes imaginar el pedazo escándalo que habría en el Olimpo- allá que se presenta la muy lianta con una mala leche encima nunca antes vista y, con toda esa mala uva bien reconcentrada, lanza una manzana de oro sobre la mesa del banquete y deja caer ese "para la más guapa". Afrodita, Hera y Atenea ¡vaya tres patas para un banco! montaron tal espectáculo que Zeus tuvo que intervenir para poner orden. Hera, que era de todo menos tonta, aprovechó la ocasión para pedirle a él -su marido- que decidiera el conflicto: a ver que marido se atreve a decir que su mujer no es la más guapa y la más todo. Así que se vio obligado a pasar la bola, perdón, la manzana a otro. En fin, que ganó Afrodita y de ahí a la guerra de Troya pues apenas hubo una pequeña pausa para la publicidad.
Ya sabes el dicho "cría buena fama y échate a dormir; críala mala, y échate a morir" aunque en este caso no se le puede reprochar protagonismo alguno ya que la pobre ni pinchó ni cortó. La utilizaron por ser guapa y sabrosa. Por ser la más deseada. ¿Qué culpa tiene ella?. A la fuerza la metieron en disputas que nada tenían que ver con su tranquila existencia y luego, las malas lenguas, bien que se han cebado en ponerla etiquetas y hacer dichos y redichos a costa suya, porque ¡oye! nadie critica a dios por no compartir el manzano, ni a Zeus por ser un calzonazos incapaz de parar los pies a su esposa -porque tela marinera lo mal que se llevaba la parejita-. En fin, que no. Que se la cargó la más inocente. Ella ha sido, para unos símbolo de muerte, para otros de eterna juventud; para los de más allá representa el amor y la sensualidad y para otros, como el Sr. Newton, la ley de la gravedad; la manzana ha sido de todo, menos anónima...

Y para mí, significa un placer maravilloso de apenas 80 calorías que limpia los dientes y encías y que tomada después de una noche de juerga, mitiga los efectos resacosos del alcohol. Bueno, ni me acuerdo de la última vez que he tenido resaca -para lo que hemos queda'o- pero si me preguntas por la última vez que comí una manzana te diré que ahora mismo, que tengo el frutero aquí delante y a la que escribo le he echado el ojo por el rabillo del mismo. Pero si encima coges unas cuantas más y haces un pastel al que le pones por encima bien de streusel de nueces... ¡vamos! no digo más. 

Y para no crear más discordia, la comparto con todo aquel que quiera devorarla porque no hay nada más bonito que compartir las bondades que la vida nos da y si te das este gustazo, con un rico té especiado al lado, en buena compañía, te digo yo que vas a pasar de paraíso, de Olimpo y de peras en vinagre.

Ingredientes para la base:
  • 150gr. de harina
  • 1 cucharada de azúcar
  • 80gr. de mantequilla en pomada
  • 1 yema de huevo (yo uso todo que no me gusta tirar)

Ingredientes para el relleno:
  • 3-4 manzanas
  • 4 cucharadas de azúcar
  • 2 huevos
  • 200gr. de crema doble o crème fraîche
  • un poco de aroma de vainilla o azúcar avainillada

Para el streusel:
  • 50gr. de harina
  • 2 cucharadas de azúcar moreno
  • 40gr. de nueces molidas
  • 50gr. de mantequilla cortada de en trocitos

Preparación:
La receta original -de mi estupendo libro de 5€- sugiere usar un molde cuadrado de 18x18... mira por donde, tengo uno pero aquel día tenía ocupante así que lo hice en uno redondo.
  1. para hacer la masa, mezcla el harina y el azúcar primero y luego añade el resto de los ingredientes. Amasa hasta obtener una pasta lisa y manejable. Haz una bola y con ayuda del rodillo extiende la masa hasta que quede de un grosor más a menos de 3 mm. Enharina la superficie y rodillo para que no se pegue y puedas manejarla bien. 
  2. En el molde engrasado coloca la masa, forra con paciencia y recorta la masa sobrante. Ya compuesta - y aún sin relleno- deja que repose 20 minutos en la nevera. 
  3. Calienta el horno a 180º y tras reposar la base la cueces 10 minutos pinchando con un tenedor para que no haga bolsas.
  4. Pela y corta las manzanas en láminas lo más finas que puedas. En un bol, mezcla el crème fraîche, el azúcar, los huevos y la vainilla. 
  5. Sobre la base prehorneada, coloca las láminas de manzana por toda la superficie y cubre con la crema. Hornea unos 20 minutos. Si ves que coge rápido color o que empieza a hacer bolsas la crema, baja un poquito el calor del horno.
  6. Haz el streusel mezclando primero el harina, el azúcar y las nueces molidas con una cucharada. Añade la mantequilla en trocitos y mezcla con los dedos -es más un desmenuzar que amasar-. Tienes que hacer migas más o menos del mismo tamaño. Pasados los 20 minutos saca el pastel y añade las migas bien repartidas por toda la superficie y hornea unos 15 minutos más. Si tienes paciencia, cómelo en frío.
 
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