Gofres de chocolate al estilo selva negra

Hoy es el día internacional de la mujer y yo estreno lavadora. Sé que suena fatal pero así es. La vida cotidiana tira para un lado y las grandes hazañas para otro. Mi antigua lavadora decidió hace unos días despegar y nos abandonó para siempre. Solo ahora, viendo centrifugar a la nueva sin dar ni un ruido es cuando tomo verdadera conciencia de hasta qué punto exprimimos a la pobre anterior que en sus últimos meses se asemejaba más a uno de esos cohetes que lanza la NASA haciendo la cuenta atrás. De hecho, en su última intervención nos montó el espectáculo por todo lo alto, dando botes y rebotes a lo bestia, sin pudor y sin vergüenza alguna. Nos dijo ahí os quedáis cochinetes, que anda que no me habéis dado trabajo, familia.

La nueva es como el cuadro de manos de la Enterprise. Ocho lucecitas encendidas para un lavado normal, 16 programas adaptables a elegir, programas cortos, minis, higiénicos, ecológicos, doble aclarado, termostato silencioso que nada tiene que ver con la kla-klá tras kla-klá del anterior mando que si se me iba la olla y le daba un klá de más decía que nones, que le diera la vuelta entera a la kla-klá y que más tino a la hora de darle al 3 o al 4 que sino me penalizaba de nuevo a dar la vuelta entera. Y encima programable. Te vas de casa y le dices, en 8 horas quiero que me tengas la ropa recién lavada para tenderla bien fresquita sin que me coja mal olores y la muy bruja te lo hace. Tiene Aquasafe -ni idea- 12 años de garantía y es de bajo consumo. Es marca nacional y no se la hemos comprado a una multinacional sino al técnico local que es un tipo estupendo con el que ya estuvimos en tratos cuando el frigorífico decidió perder gas. Sus precios son algo más elevados porque no puede competir con gigantes como Media Mark pero viene a casa a enseñarnos las marcas, nos asesora, nos recomienda, nos la trae, nos la monta y se lleva la vieja. Y lo mejor, nos la garantiza. Cualquier ruido y él viene y se encarga. 

Mira, en otras cosas bien está ahorrar pero aquí es bueno hacer un esfuerzo y contribuir a que estos profesionales no desaparezcan, que no se los zampe una gran superficie impersonal y canalla que te vende churras a merinas con eso de que nadie vende más barato. Y mira, nos la ha instalado en un momentín, sin que se salga el agua de la manga -tela la lata que nos dio la anterior- sin encharcamientos y sin oírle al Günter despotricar cual poseso. Calidad de vida para el que compra y el que vende. Me gustan los negocios así.
Y mientras ella centrifugaba y yo tendía, el día me ha dado para mucho. Cosas muy bonitas se han compartido hoy por las redes y a ratillos, he ido leyendo algunas historias relacionadas con este maravilloso homenaje. Inicialmente, se celebraba el día de la mujer trabajadora pero con el paso de los años las reivindicaciones han ido creciendo, así como las denuncias de desigualdad e injusticias de sexo, ideal que no sugiere que las injusticias hayan aumentado en estos cien años largos, no, sino que gracias al cielo, hoy en día son muchas las personas y los medios que luchan por acabar con la explotación y vejación femenina que con tanto arraigo y empeño hemos sembrado a lo largo de los siglos.

Así pues, mientras yo me maravillaba de mi lavadora supersónica, en 1909 cientos de mujeres en Nueva York protestaban por las penosas condiciones de trabajo en las fábricas textiles -las llamadas las camiseras- que fueron a la huelga reivindicando mejores salarios -eran de miseria- y mejoras en las condiciones de seguridad y salud en las fábricas. No fueron escuchadas por los magnates ni por el gobierno pero las protestas se extendieron por otras ciudades estadounidenses y llegaron a Europa. Un año más tarde, en Dinamarca, en el II Encuentro Internacional de Mujeres Socialistas, se acordó celebrar cada 8 de marzo el día de la mujer trabajadora como homenaje al coraje y determinación demostrado por estas mujeres. La tragedia, o la vida que se ceba siempre con los mismos, quiso que un año después, en 1911, también en el mes de marzo, una fábrica de camiseras ardiera llevándose por delante a 123 mujeres, crías en su mayoría de entre 14 y 23 años de edad. Este terrible suceso obligó al gobierno norteamericano a reformar las normativas de seguridad y salud en la industria textil pero para estas trabajadoras y sus familias fue demasiado tarde.

A la lucha por las paupérrimas condiciones de trabajo se sumaron las sufragistas, la lucha por conseguir el voto, el ingreso a las universidades, el derecho a la educación y poco a poco, por la defensa de los derechos universales de las mujeres. Mucho queda por hacer, es cierto, pero todo lo que poseo, se lo debo a ellas. 


Ingredientes para 10 gofres:
  • 3 huevos
  • una pizca de sal
  • 100 gr. de azúcar morena
  • vainilla
  • 40gr. de cacao puro
  • 250 gr. de harina repostera
  • 1 cda. de polvos químicos de hornear
  • 250ml. de leche 
  • 70gr. de mantequilla (usé 50ml. de aceite suave)
  • un poco de mantequilla para frotar la plancha de gofres

Ingredientes para la crema de cerezas:
  • 1 bote de cerezas sin endulzar
  • el zumo de las cerezas (son 125ml. de zumo)
  • 2 cdas. de azúcar
  • 1/2 sobre (20gr.) de pudding de vainilla

Ingredientes para la crema:
  • 250ml. de nata para montar
  • 50gr. de queso mascarpone
  • 2cdas rasas de azúcar glas
  • virutas de chocolate


Preparación:
  1. Pon todos los ingredientes juntos y los bates con ayuda de la minipimer. 
  2. Calientas la plancha de hacer los gofres. Justo antes de verter la masa, unta las placas con mantequilla.
  3. Vierte masa hasta cubrir las placas, cierra la plancha y espera a que se doren. Consumir aún tibias.
  4. Para la crema de cerezas, mezcla el azúcar con el polvo para pudding, lo añades a un cazo con el zumo de cerezas y lo pones a fuego medio hasta que espese la crema. Mezcla la crema con las cerezas y deja que enfríe.
  5. Para la crema de nata, monta la nata junto con el azúcar. Cuando esté montada pero aún bastante cremosa, añade el mascarpone y las virutas de chocolate. Mezcla brevemente para que no se pase el punto de la nata.

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11 comentarios

  1. Esta fatal decirlo, pero cuando una tiene lavadora nueva es guay...la ropa se lava mucho mejor, no hace ruido, no se mueve, confías en ella que no te va a dar sobresaltos.....entiendo que te haya dado para un post, jijiji....pero perdona, con esos gofres no se cómo se me ha ido la cabeza a la lavadora, jijiji......me encanta la tarta selva negra, y aunque no he comido JAMÁS un gofre.....(bueno, no estoy segura si en Bruselas una vez...en cualquier caso sería hace 30 años), me imagino ese sabor de una de mis tartas favoritas....
    BESOS REINA...
    Marialuisa

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    1. Pues mira, no hablo de los gofres que venden porque tienen un sabor muy intenso a todo y el azúcar se mastica. Los caseros son como una mezcla entre pancake y bizcocho. Estos, que han encantado en casa y que han llamado mini-pasteles, han triunfado de lo lindo y Günter me llegó a decir, pasando de bizcochos de choco. Solo quiero gofres. El peque también hacía tiempo que le ponía tantos piropos a un dulce. Y lo genial, es lo rápido y limpio que se hacen. Mira en el paso a paso: todo hecho encima de la mesa de la cocina en un momento. Mi versión de selva negra es más laboriosa pero tenía el capricho aunque se puede acompañar de helado, nata, mermelada o un poco de sirope de choco para darle un toque más brutal :-P

      Besos

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  2. Hola Mai, madre de dios menudos gofres, ando un poco liada pero en cuanto pueda los vas a ver por mi blog, yo me los pido con crema de cerezas, que locura, como tienen que estar, lo malo será encontrar estas cerezas, pero ya veré. Te han quedado de sobresaliente.
    Vamos con la lavadora, la mía se fue el año pasado y la nueva es una maravilla.No la tengo dentro de casa y apenas la oía pero cuando andaba por cerca, d los brincos que pegaba veces no abría la puerta,jaja, por eso te entiendo perfectamente.
    Referente a las mujeres, pues que te voy a decir, que día de la mujer, día de la mujer serán todos como de todo el mundo, y mira trabajamos como burras y nuestro sueldo no es el mismo que el de los hombres en igualdad de condiciones, quiero la igualdad, se hizo mucho pero falta mucho también, hay que seguir en ello, yo ahora con mis años ya no, pero los jóvenes como no luchen lo tienen duro, yo ya me manifesté en mis tiempos y fui guerrera por los derechos sobre todo de las mujeres y de las trabajadoras, ahora tiré un poco la toalla, pero viene mi hija detrás que en eso no la calla nadie jaja...Bess

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    1. Esther, anímate que ya verás que éxito tienen en casa y con la mano que tienes para las fotos fijo que haces de ellos un Velázquez (pero sin Meninas :-)

      Y sí, qué te voy a contar que no sepas. Como burras, tú lo has dicho. Sin pausa, sin opciones. Cuando hay que hacer, se hace aunque la vida nos coma y nos sepulte vivas. Haces bien en pasar el testigo porque es una lucha sin fin, siempre habrá que estar en guardia porque al fin y al cabo,m no hemos sido nosotras quién nos puso la etiqueta de sexo débil...

      Un besazo!

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  3. Solo una persona inteligente y con capacidad narrativa puede mezclar lavadoras nuevas, día de la mujer y gofres, de manera que el resultado sea un texto magnífico, con ironía (al principio), con sentimiento y reivindicación (centro del relato) y gastronomíagolosíaplacer (al final). Gracias Mai, por tus posts, por tu inteligencia, por tu sentido del humor, por tus recetas.....

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    1. Muchas gracias Sílvia! cómo me emocionas :-) es increible, con lo corta y bruta que soy para algunas cosas, para lo etéreo y efímero tengo un don para pillar las cosas en el aire. Como nos pasa todos, que no podemos tener tantas cosas en la cabeza, había olvida el motivo por el que se eligió este día y a quienes se quiso homenajear. La lucha de las camiseras fue el inicio, el pequeño big bang que despertó a la sociedad y ha logrado que la lucha por la igualdad no se haya frenado desde entonces. Jamás hemos vuelto a bajar la guardia. La muerte de estas criaturas hizo que la sociedad se avergonzase y fue el impulso emocional y racional que el mundo estaba esperando. Desde entonces, el bienestar se ha impuesto en las sociedades donde estas mujeres ganaron la partida. En las sociedades donde aún se les priva de libertad y de derechos, son lugares sin democracia, con violencia, brutalidad e ignorancia. Así que, la única manera de luchar por un mundo mejor, es no bajar la guardia y seguir luchando por las oprimidas. Cuando ellas sean libres, también lo serán sus hijos y por ende, todos los hombres.

      Un besazo y de nuevo mil gracias:-)

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  4. Estoy de acuerdo con Silvia, siempre hemos estudiado que un texto debe tener introducción, nudo y desenlace, por supuesto ilación. Comenzar hablando del cambio de lavadora, que parece ir en contradicción con reivindicaciones por la igualdad de sexos y terminar con un dulce divino de la muerte, no parece que tenga ni pies ni cabeza, pero consigues que interese y que además tenga humor. Eres una artista.
    Un beso.

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    1. Para mí lo tiene y de hecho en mi conclusión final, lo doy a entender. Nada de lo que poseo lo tendría sin la pelea de estas mujeres, si no hubieran luchado por el sufragio, por la educación y por nuestro derecho a la autodeterminación. Como le comentaba a Sílvia en mi respuesta, en las sociedades donde aún se les priva de libertad y de derechos, son lugares sin democracia, con violencia, brutalidad e ignorancia. Y eso es lo que importa.

      En cuanto al hecho de hablar de mi lavadora... Oops, tema candente. ¿Por qué piensas que es una contradicción con respecto a la igualdad de sexos? ¿Por qué crees que la lavadora es cosa mía? en casa, mis hombres ponen y tienden lavadoras, pasan la aspiradora y están obligados a que uno me ayude a preparar las comidas y el resto a recoger la cocina después de zampar. Y digo obligados porque aquí suelen hacerse los remolones y me pongo en plan generala cuando no tengo alguno a mi vera... Y Lucas, mi peque, su juguete favorito desde que tenía menos de 1 añito fue una lavadora con la que ha estado jugando hasta los 6 años. Adora las lavadoras! y mira, menos de 24 horas la lavadora en casa y ellos ya saben ponerla:-)

      Lola! tenemos que ser nosotras las que luchemos primero por el cambio de mentalidad y eliminar de nuestra mente las asociaciones sexistas. Un besazo!

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  5. rico plato me encanto un monton tu receta exelente.. e aqui mi blogs de recetas de cosina:
    http://www.solobuenasrecetas.tk

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  6. Llego tarde pero llego a leerte! Prefiero tener tiempo para disfrutar de tus entradas y no ir con prisas haciendo scroll rápido y solo alabando tus recetazas.
    Del Día de la Mujer mis primeros recuerdos son de mi madre estando todo el día fuera de "excursión" con sus amigas del Centro de la Mujer del barrio, porque siempre organizaban un montón de actividades este día, y ella bien que se apuntaba. Este año ha repetido de nuevo y me encanta saber que sigue disfrutándolo :).

    Hay mucho que celebrar pero también mucho por lo que seguir luchando, claro está. Y me quedo sobre todo con lo de no bajar la guardia, aunque me da rabia que hoy te acusen de feminazi o cualquier barbaridad cuando denuncias que sigue habiendo mucha desigualdad en nuestra sociedad. Obviamente hay países y culturas donde la mujer sigue mucho más oprimida y maltratada, y por ellas (y sus hijos e hijas) hay que seguir luchando. Pero no seamos tampoco ingenuos dejando que nos pisoteen a nosotras.
    ¿Habrá algún día igualdad para todos y de todos, sin tener en cuenta sexo, religión, orientación sexual o color de piel? Hoy quiero pensar que sí...

    Me enrollo como una persiana, yo lo que quería era uno de esos gofres! ;P

    Un abrazo

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  7. El gestor de podcasts (otro inteligente invento) me guarda cual frigorífico los posts de Mai para disfrutarlos tan frescos como el primer día cuando la semana me da un respiro. Delicioso tu post en todos los sentidos, Mai. Y además lo encuentro enriquecido con un estupendo diálogo... Nos enseñas que aquellas camiseras nos permitieron que hoy tengamos la capacidad de mimar a nuestras familias (y a nosotras mismas) con gofres como estos sin olvidar quiénes somos, a veces llorando y riendo a la vez. Gracias por "compartirte", Mai.

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