Ternera Teriyaki con Brócoli

Ayer vi un reportaje en la tele alemana donde decían que según el informe de la felicidad -como lo oyes, hasta esto se mide- una vez más, son los daneses los que se llevan los laureles. Si bien es cierto que el informe es un poco rarito ya que si tenemos en cuenta que los indicadores del estado feliz son cosas como el sistema político, los recursos, la corrupción y la educación y al leer el top 20 se pueden ver países con dictaduras, o en la lista negra de Naciones Unidas y de organismos pro derechos civiles, pues como que la cosa no termina de cuajar... o cuando menos, uno no puede dejar de piensar que el sentimiento de su población está a años luz de su realidad...

Pero en el caso de Dinamarca, nada más lejos. Ellos están ahí arriba desde hace mucho y es algo que no solo lo saben sino que lo valoran y se lo curran como jabatos. El reportaje germano quiso demostrar -o desmontar- si el informe está en la misma onda que la gente de a pié. ¿Fama de o mentalidad de? Pues agárrate los machos: todo junto y más.

Primer temazo de estos nórdicos. Están convencidos que la felicidad no es solo cosa de uno mismo para consigo. Para ello, el escenario tiene que ser el adecuado y ahí es donde las políticas de bienestar se hacen imprescindibles. No basta con tener riqueza personal ya que el bienestar no funciona sin una sociedad con riqueza. Así que, si le preguntas a un danés, "oye, no te toca la laringe pagar tantos impuestos" te contestará, "pues no, es necesario invertir en el sistema social para cantar el lalalá". Un disgusto menos. El horario laboral por norma, es de 9 a 4 de la tarde. Les queda tiempo para hacer ejercicio, disfrutar de la familia, los amigos y tomar sus pequeñas fruslerías -café y dulces, que consumen más que ninguno de los demás mortales-. Y por eso están más gordos, más insanos? pues tampoco porque hacen más ejercicio que nadie y se alimentan requete bien.
Así que cada día, lo pasan tan relajados como si fuera domingo. El equipo de reportaje se encontró que es muy habitual dejar los cochecitos de bebé en la puerta de panadería o del ultramarinos. Le preguntaron a la mamá si no le daba miedo y a la que dijo "para nada" con una sonrisilla añadió "Hemos vivido en Berlín y ya sabemos que esto en Alemania no se puede". Picados por los acontecimientos, el reportero quiso tentar a los transeúntes. Dejaron en medio de una plaza una cartera forrada de billetes con una pegatina en la cartera que decía "en caso de perdida, por favor llamen al tirirí-tirirá". El 100% de las personas, llamaron al dueño. Cuando preguntaban "oiga, ¿y no le ha tentado tanta pasta?" casi todas las respuestas iban en la misma dirección: "a mí no me hace falta y lo mismo a quién lo perdió sí".

Llegado a este punto del reportaje, nos dijimos: "jodios vikingos, se merecen ser felices por majos". Luego no contentos, acompañaron a una chica en su día a día: a la oficina, al cafetito con pastel con una amiga, a su apartamento... y todo era requete mono y cuidado. Cachis, qué bonito todo, el ambiente, las velitas hasta en la oficina, buena onda en los detallitos. Fueron a una decoradora y preguntaron: "¿pero esto solo pijos, no?" Pues no. En un país con inviernos tan largos y oscuros, el ambiente dentro de las casas y espacios públicos se cuida al detalle. "Si no, ¿Cómo relajarse?" Pues eso digo yo... ¡cómo si no!

Y la guinda, que como te conozco sé que ya te lo habrás preguntado. ¿Todas estas cosas, dan la felicidad? No, son el escenario. La actitud siempre positiva y alegre, abierta al disfrute, esa la pone cada parroquiano. Cuando se juntan un grupo de amigos, apagan los móviles, para no importunarse, se toman unos chupitos, juegan a las cartas o a los dados, se toman unos chocolates y se ríen de lo lindo a lo tonto. Sin grandes pretensiones. No chillan, ni se chinchan abogando al sentido del humor, ni critican al que se fue al Wc a echar una meadilla. Eso, por regla de saber estar así que a los malajes -que haberlos, haylos- para sacarlos de casa se tienen que saber comportar y no tocarle los donuts a nadie. Y eso, por norma.
La historia de hoy clamaba a gritos un pastel pero hay que ser reaccionario. Hay un montón de cosas saladas que se disfrutan tanto y mejor que un dulce. Qué sepáis que la salsa teriyaki se ha convertido en la favorita de Lucas.. sí, Álvaro, y la tuya, lo sé así que le dije a Günter que cuando vengas, esta ternera, cae fijo.


Ingredientes para 4 raciones:

  • 1 cogollo de brócoli
  • 400gr. de ternera
  • 1 ó 2 cebollas pequeñas (yo una pequeña y una chalota)
  • 2 dientes de ajo
  • 1 sobre de pasta de miso
  • salsa teriyaki a gusto
  • aceite (si puede ser de sésamo mejor)
  • semillas de sésamo
  • opcional: algo de salsa de soja
  • arroz blanco para acompañar

Preparación:
  1. Corta la cebolla en rodajas finas, la ternera en tiritas y el brócoli en arbolitos pequeños. 
  2. Sofríe la cebolla y el ajo machacado hasta que dore ligeramente. Añade la carne que habrás marinado unos minutos antes con salsa teriyaji. Añadir la pasta de miso y dorar a fuego fuerte.
  3. Cuando esté dorada la carne, añadir el brócoli y saltear dos o tres minutos. Finalizar añadiendo un poco de salsa teriyaki que le dará color y sabor más intenso y servir espolvoreando semillas de sésamo.

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6 comentarios

  1. Qué bien escribes chica.....deberías escribir un libro...he leído tu reportaje de los Daneses fijo más a gusto que si lo hubiera visto en la tv...que cada día veo menos por cierto...La ternera Teriyaki me tiene que gustar, porque me junto con Lucas y Alvaro....va gritando "¡CÓMEME!"...pintón. Besos guapa
    Marialuisa

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    1. Tele en casa, vemos muy poca pero sí nos gustan mucho los reportajes y debates de la televisión alemana. Y los canales de cultura son realmente buenos:-) un besazo

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  2. ¡Qué diferentes las vidas en uno y otro lado! La verdad es que me he quedado "enganchada" a tú relato y me ha dado mucho que pensar... Anda que pronto iba a durar una cartera más de tres segundos, aunque tuviera un solo billete, en cualquier plaza española, o que iba a dejar a uno de mis hijos en la puerta de donde fuera sin vigilancia... ¡Si parece un mundo diferente!
    La verdad es que la felicidad está dentro de uno mismo, pero cuánta razón tienes en que el escenario influye y mucho.
    Y hablando de felicidad...Ven y me haces este platillo tan rico y esos pastelitos de limón tan ricos que tienes por ahí ¡Qué lujazo!

    Besos grandes familia!

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    1. Hay mucho de mentalidad "social" hacia los demás y con todo lo abiertos y alegres que somos los españoles que nadie ponga un euro entre dos amigos del alma que se rompen el alma mutuamente... o seguro que conoces a alguien que está en paro, que cobra en negro pero que luego con la caña delante despotrica del gobierno diciendo eso de "y que con mis impuestos estos tíos vivan a cuerpo de rey"... Y en cuanto a lo de perder pasta o móviles, etc... no, en España no da tiempo a que se pierdan. Te das media vuelta y alguien se lo llevará y la culpa es tuya por haberlo dejado sin vigilancia. Es decir, tonto el que se deja robar... y más y más y más que me viene al recuerdo...

      Mentalidad, algo que hace falta muchos pero que muchos años para conseguirla cambiar a nivel social. Qué le vamos a hacer! Con nuestro carácter, nuestro clima, nuestro país tan bonito y la mentalidad de los daneses tendríamos un montón de inmigrantes, no en las fronteras del sur, sino en las del norte abarrotadas de celtas y vikingos pidiendo entrar!

      Un besazo guapa!

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  3. De alguna cosilla vikinga deberíamos aprender....jeje....me encanta leerte Mai....¡Libro ya!.... Un besazo guapa...

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    1. Hola Meri, y par de cosillas o tres de manual, a ver si espabilamos :-D un besazo

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